¡Hola a todos! ¿Qué tal estáis? Hoy os traigo la reseña de un libro que os enseñé hace nada. Desde aquí le doy las gracias a Yandraikana por haberme puesto los dientes largos con su reseña, porque desde luego, es un libro 10.
Ficha Técnica:
Título: En la isla
Título original: On the island
Autor: Tracey Garvis Graves
Editorial: Salamandra
Encuadernación: Rústica con solapas
Nº Páginas: 320
Precio: 17€
ISBN: 978-84-9838-539-7
Título original: On the island
Autor: Tracey Garvis Graves
Editorial: Salamandra
Encuadernación: Rústica con solapas
Nº Páginas: 320
Precio: 17€
ISBN: 978-84-9838-539-7
Resumen de la contraportada:
A sus treinta años, Anna Emerson siente que su vida se ha estancado. Harta de los largos inviernos de Chicago y de una relación de pareja que no parece tener futuro, Anna acepta sin pestañear la oferta de una acaudalada familia de pasar el verano en las Maldivas como tutora de su hijo T. J. Éste, por el contrario, no está precisamente entusiasmado con el plan. Aún no ha cumplido los diecisiete, acaba de superar un cáncer con pronóstico incierto y lo único que desea es recuperar su vida y volver a ser el de antes.
Tras un largo viaje plagado de contratiempos, el destino coloca a Anna y T. J. en una avioneta rumbo al paraíso, pero, mientras vuelan sobre las aguas azul turquesa del océano Índico, el aparato se estrella en un mar infestado de tiburones. Anna y T. J. sobreviven milagrosamente y son arrastrados por la corriente hasta una isla deshabitada. Los días se convierten en semanas, las semanas en meses, y sus esperanzas de rescate se van disipando. Así, con apenas alimentos y a merced de un clima despiadado, Anna y T. J. aprenden a subsistir en un entorno tan bello como peligroso, pero el mayor desafío para Anna será el de convivir con un chico que rápidamente se está transformando en un hombre.
Opinión Personal (sin spoilers):
Decir que el libro es PRECIOSO es quedarse muy muy corto. Hacía tiempo que una novela no me mantenía pegada a sus páginas, impidiéndome querer hacer otra cosa más que continuar con la historia hasta llegar al ansiado final. Con ello no quiero decir que lleve una racha mala de lecturas, pero no encontraba una historia que me hiciera quedarme prendada, con un nudo en el estómago y totalmente embelesada por los personajes, absorbida por sus vivencias. Para todo aquel que disfrute de una maravillosa historia de amor, este es un libro que no debéis dejar pasar. Os aseguro que no os decepcionará.
Como bien reza en la portada, En la isla cuenta una historia de supervivencia y amor. En ese orden. Anna, una joven de treinta años que está pasando por un bache sentimental, decide darse un respiro y alejarse de su día a día aceptando la oferta de una familia de pasar el verano en Maldivas como tutora de T.J., un chico de dieciséis años que se ha retrasado en las clases debido a la lucha contra un cáncer que acaba de remitir. Viajan juntos, y justo cuando toman el hidroavión que los llevará hacia la isla donde se hospedan los padres del joven, el piloto sufre un ataque al corazón y se estrellan. Milagrosamente, ambos sobreviven y van a parar a una isla en medio de la nada. Al principio están seguros de que los rescatarán, y esperan ansiosos la llegada de helicópteros e hidroaviones que acudirán a su rescate. Pero los días pasan, y luego los meses, y más tarde los años. Y las esperanzas de regresar a casa se van esfumando, así como las fuerzas por aferrarse a lo que parece un imposible. Por suerte, se tienen el uno al otro, pero el miedo de que cualquier día alguno de los dos pueda resultar herido, caer enfermo o morir engullido por un tiburón, permanece inalterable planeando sobre sus cabezas.
Me ha fascinado la precisión y el esmero con el que la autora te cuenta la supervivencia dentro de la isla, sin llegar a ser desagradable. Los primeros días donde la confusión, el miedo y las esperanzas son más fuertes que la lógica y las ganas de enfrentarte a una situación que te supera. ¿Cómo sería verse de repente arrastrado a una isla? Ya no hablamos sólo de algo tan básico como el agua y la comida. En esta isla no hay agua dulce, se mantienen gracias al agua de la lluvia, y al principio ni siquiera tienen un cuenco donde recogerla así que ya os podéis imaginar. Sobreviven a base de cocos (que pueden abrir después de bastante tiempo, no voy a explicar cómo), de una extraña fruta del pan (como ellos la llaman) y peces que aprenden a pescar al cabo de bastante tiempo (por medios que tampoco os voy a explicar, para eso tendréis que leerlo). Luego está el tema de la higiene, la fauna de la isla, los insectos, las enfermedades y heridas, las tormentas… Imaginad para una chica lo que tiene que ser arreglárselas en esos días de cada mes. Vamos, que esto no es Lost y la autora hace un gran trabajo detallando todo lo que tienen que hacer para sobrevivir, lo mal que lo pasan, las adversidades... Pero, sobre todo, el miedo. Miedo a lo desconocido, miedo al mañana, miedo a morir, miedo a vivir y no volver a ver a tus seres queridos. Miedo de todo.
En cuanto a la relación entre los protagonistas, seguro que muchos de vosotros teméis el tema de la diferencia de edad. Y desde ya os digo que os olvidéis de tontos prejuicios, porque esta historia es una preciosidad con todas las letras. El amor no nace de la noche a la mañana ni mucho menos, y entre ellos dos no surge nada hasta después de mucho tiempo. Es uno de esos amores que se cuecen a fuego lento, que se va forjando conforme pasan los años y el roce, la convivencia y las experiencias los va acercando de una manera que ninguno de los dos puede ni quiere evitar. Me ha fascinado la naturalidad con que la autora refleja los sentimientos y las necesidades de los protagonistas, es tan real que te lo crees en todo momento. Hay que tener en cuenta que el chico tiene apenas diecisiete años cuando empieza todo y que como cualquier adolescente ante una chica guapa, él fantasea con Anna. Una fantasía que solo es eso: fantasía. Porque no se atreve a pensar que entre ellos pueda haber nada más. En cuanto a Anna, ella ni siquiera se lo plantea… pasa demasiado tiempo hasta que sus sentimientos por él van cambiando, lo ve crecer y pasar de ser un chico enfermizo y atemorizado a un hombre con todas las de la ley. Lo ve madurar a pasos agigantados, dejando atrás a ese chico despreocupado que solo quería divertirse y recuperar el tiempo que la enfermedad le había arrebatado.
Cita del libro:
Mientras esperaba a que T.J. se despertara, recordé lo que había sucedido la noche anterior. Su deseo era tan evidente que casi podía palparse. Respiraba aceleradamente y el corazón le palpitaba debajo de mi barbilla. Había mostrado un notable dominio de sí mismo, pero me pregunté hasta cuándo se conformaría con estrecharme entre sus brazos.
Me pregunté hasta cuándo me conformaría yo.
Anna es una joven encantadora, dulce, luchadora, con las ideas claras respecto a su futuro y con un corazón enorme. Es una chica carismática con la que conectamos desde el principio. Cansada de una relación duradera pero sin un futuro concreto con un hombre que parece no querer dar un paso más en su relación a pesar de llevar años viviendo juntos, decide alejarse durante un verano para aclarar sus ideas y tomar una determinación. De los dos protagonistas, ella es la que más se aferra a la idea de que más temprano que tarde los rescatarán, y los días transcurridos se van clavando en ella como cuchillos de decepción que van desinflando sus fuerzas y las ganas de seguir luchando. Tener a T.J. la ayuda a seguir adelante, pero el miedo de que su antigua enfermedad vuelva o le pueda pasar algo y se quede sola es algo con lo que tiene que vivir día tras día.
En cuanto a T.J. este chico es sencillamente adorable. Quizás sea por su juventud, pero él es el primero en adaptarse a la nueva situación y el que afronta que su hogar en esos momentos está en esa isla. Pese a que guarda unas ligeras esperanzas en su interior, prefiere pensar en el aquí y el ahora. Y, para él, la supervivencia en aquella isla y Anna son su presente y a lo que quiere aferrarse. Su dulzura, valentía y su carácter guasón e irresistible dotarán a la historia de ese toque divertido y entrañable que no puede faltar. Su personalidad se compenetra a la perfección con la de Anna y proporciona muchísima vida a la novela. Es un chico que se ha tenido que enfrentar a la muerte un sinfín de veces, y que ha luchado contra ella con uñas y dientes. Si bien los dos personajes me han fascinado, T.J. es mi personaje preferido de esta novela.
Cita del libro:
-¿Qué pasa? –preguntó T.J.
-No siempre tendré este aspecto.
-¿Qué quieres decir?
-Tengo trece años más que tú, y cada día que pasa me hago mayor. No siempre tendré este aspecto.
Me rodeó la cintura con los brazos y me atrajo hacia él.
-Lo sé, Anna. Pero si piensas que sólo me importa tu aspecto, no me conoces tan bien como creía.
El libro está narrado en primera persona desde el punto de vista de los dos protagonistas, intercalándose capítulo a capítulo la voz de cada uno, algo que me ha encantado porque podremos ser conscientes de sus pensamientos y sentimientos en todo momento. Veremos cómo se produce el cambio, las dudas, las preocupaciones sobre un posible futuro incierto no solo en lo que a la isla respecta, sino también en cuanto a su relación. Si alguien los rescata algún día, ¿qué pensará el mundo y la familia de la relación que han mantenido? La diferencia de edad en la isla no significa nada, pero fuera serían muy diferente, desde luego. Me han fascinado los dos puntos de vistas pues ambos protagonistas son maravillosos. No obstante, como siempre me pasa, me cautiva mucho más la voz del chico, quizás porque normalmente es la de la chica la que nos dejan ver y resulta refrescante poder conocer la otra cara de la moneda. Decir que T.J. es amor es quedarse muy muy corto. Parece mentira que sea él el que más claras tenga las cosas de los dos, teniendo en cuenta su edad.
Cita del libro:
Yo había cogido un poco de puré con los dedos. Sin pensarlo, alargué la mano en su dirección. Anna paró de reír y me miró como si no estuviera segura de mis intenciones. Aguardé, y entonces se inclinó hacia mí y abrió la boca. Deslicé los dedos entre sus labios, preguntándome si la estaría mirando del mismo modo que me miraba ella a mí, absorta. Lamió el puré de mis dedos y yo empecé a respirar con dificultad.
-¿Más?
Anna contestó con un leve asentimiento, y su respiración tampoco sonaba muy normal. Cogí más puré con los dedos, y esta vez, cuando se los metí en la boca, me asió la muñeca.
Esperé a que tragara y luego perdí los papeles. Cogí su cara entre las manos y la besé con avidez. Ella abrió los labios y deslicé mi lengua en su boca. Podría haberme pasado días besándola, y si me hubiese pedido que parara no estoy seguro de haber podido.
En la isla es una de esas novelas maravillosas en las que te adentras sin saber bien lo que esperar de ellas y con las que acabas sencillamente prendada, absorta y enamorada. Una historia que te absorbe, te mantiene con un nudo de angustia y felicidad instalado en el estómago, con miedo por los peligros y los obstáculos que los protagonistas tienen que sortear, queriendo que todo acabe bien, y con la dicha de estar leyendo una historia tan bonita. Esta historia es amor y, de verdad, si os gustan las historias de amor este es un libro que no debéis perderos.
10/10 | Una historia deliciosa, absorbente y sencillamente maravillosa. Anna y T.J., dos personajes magníficos, nos regalarán una de esas historias tan bonitas que al acabarlas te roban largos suspiros, lágrimas de emoción y unas ganas inmensas de abrazar el libro durante un buen rato. |
¿Lo habéis leído? ¿Os ha maravillado tanto como a mí?