Reseña: Un refugio para Clara, de Marta Estrada

¡Hola a todos! ¿Qué tal estáis? Yo muerta de calor y bastante liada, como la gran mayoría ahora que ha llegado el verano supongo. Hoy os traigo la reseña de uno de los últimos libros que han pasado por mis manos. ¡Estoy aprendiendo a hacer reseñas más cortas! jiji

Ficha Técnica:

Título: Un refugio para Clara
Autor: Marta Estrada
Editorial: Destino
Encuadernación: Rústica con solapas
Nº Páginas: 224
Precio: 17,90€
ISBN: 978-84-233-4712-4
Lee las primeras páginas: AQUÍ

Resumen de la contraportada: 

Una tarde de lluvia, Clara pierde el control del coche que conducía provocando un accidente que dejará a Belén, su hija de siete años, parapléjica. Las horas en vilo en el hospital, los días en coma, los meses de rehabilitación intentando que la vida de la pequeña consiga algo de normalidad, le revelan a Clara que puede sacar fuerza de no sabe dónde para afrontar la tragedia, pero a la vez, la van sumiendo en un estado de agotamiento y culpa que su exmarido, absolutamente insensible a su dolor, aviva y alimenta.

Unos días de excursión del colegio de Belén le permiten finalmente tomarse un respiro y Clara emprende un viaje a un lugar del Pirineo donde encontrar un poco de paz. Pero una tormenta de nieve la hace tomar el rumbo equivocado y la obligará a refugiarse en la cabaña de un hombre arisco y taciturno, Éric, quien a pesar de ofrecerle su ayuda resulta molesto con su presencia. Ese tiempo en la cabaña, aislados del mundo, serán días de confesiones mutuas, de pequeñas y grandes complicidades entre dos seres heridos pero con una férrea voluntad de vivir.

Y también serán días de grandes descubrimientos, de los cuerpos y de los corazones, y de la revelación de que no existe nada más erótico que el amor.

Opinión Personal (sin spoilers): 

Desde que leí la carta de presentación de la autora y la sinopsis de la novela algo me dijo que el libro me iba a enamorar. La ceguera de la autora y que el protagonista de la novela fuera sordo despertó mi curiosidad al instante. Sé que, a simple vista, puede parecer que es un drama como un castillo y sí, el libro tiene sus momentos duros, pero es uno de esos dramas románticos que te encogen el corazón y te roban algunas lagrimillas, pero también te hacen suspirar. Es una novela preciosa con todas las letras.

La historia comienza cuando Clara toma la decisión de marcharse unos días de vacaciones a un lugar del Pirineo para desconectar de todo y encontrarse consigo misma. No obstante, cuando se sube al tren se queda dormida y acaba bajando en una parada en medio de la nieve desde donde apenas se puede ver el pueblo más cercano. Clara entra en pánico, pero decide afrontar la situación y caminar antes de que la noche caiga sobre ella y se pierda entre la tormenta de nieve. Pero el camino no la lleva a ninguna parte y el frío y el cansancio se van apoderando cada vez más de su cuerpo y su mente. Hasta que encuentra una casita, un lugar en el que refugiarse. Claro que el dueño de la misma parece no hacerle caso aunque esté a punto de romper la ventana y fundir el timbre. Clara termina en el suelo, desmayada, y Eric, el irresistible e intratable dueño de la casa, la salva de morir congelada. De repente, la mujer se verá obligada a convivir con un hombre arisco y bastante grosero que no se digna a dirigirle la palabra por mucho que ella intenta mantener una conversación civilizada. Hasta que se da cuenta del motivo de su silencio: Eric es sordo. 

Cita del libro:
[…] Cuando levantó los ojos del plato, sorprendió al hombre con la vista fija en la ventana, la mirada extraviada, el filete a medio comer y una sombra insondable oscureciéndole el rostro. Se sintió violenta. No sabía cómo captar su atención. No valían las habituales tretas: carraspeos, frases hechas, palabras banales, ruidos descuidados. Era como si entre ambos se alzase un muro de cristal. Él estaba allí, delante de ella, vivamente iluminado por las llamas del hogar, presente en su imponente físico y, sin embargo, Clara no podía penetrar en su mundo de silencio. En ese momento, miles de kilómetros se interponían entre ellos.

Los malentendidos entre los dos protagonistas serán el ir y venir de una relación que no empezará como un camino de rosas precisamente. Eric es sumamente sincero y escurridizo, y Clara demasiado perseverante e impulsiva. No empezarán con muy buen pie, pero la chispa en ellos será palpable, y ambos estarán dispuestos a detenerse estudiar si de verdad vale la pena apostar por ese sentimiento que va surgiendo y que cada vez va adquiriendo mayor solidez.

Los dos personajes me han parecido sublimes, pero si tengo que quedarme con uno me decanto, sin lugar a dudas, por Eric. Es un hombre que ha sufrido lo indecible, no solo por su deficiencia, sino por un trágico suceso que cambió su vida para siempre, que lo obliga a mantenerse alejado del mundo y a sufrir en silencio un dolor indescriptible capaz de postrarlo de rodillas. La llegada de Clara y los propios tormentos de la mujer le harán revivir su dolor y despertar de ese letargo que lo ha mantenido suspendido en el tiempo. Juntos encontrarán su refugio, un bote salvavidas en el que salvaguardarse de las adversidades, en el que apoyarse para seguir adelante con la mano del otro como punto de apoyo. La relación es preciosa y conmovedora, tratada con una delicadeza  de lo más enternecedora. Hacen una pareja muy especial y ha sido fascinante ser testigo de su evolución, de cómo salían adelante pese a las adversidades y cómo lidiaban con los problemas de Clara, los de Eric y la sordera de este último.

Clara es una mujer de treinta y seis años, divorciada, que lleva años sufriendo maltrato psicológico por parte del que fue su marido. Es una mujer vital, decidida, valiente y capaz de salir adelante de todos los contratiempos. Sin embargo, su marido ha hecho lo indecible para doblegar su voluntad y convertirla en una mujer apocada que se refugia en su caparazón para evitar sufrir más daño del que puede soportar. Incluso después de su divorcio, valiéndose de la hija que tienen en común, continúa menospreciándola y amenazándola con quitarle la custodia de la niña. Y no ayuda en absoluto el accidente de tráfico que tuvieron una tarde de tormenta y que dejó a la niña parapléjica. Clara se culpa por lo sucedido, y ver a su hija le causa dolor cuando piensa en todo lo que la vida le ha arrebatado, en todo lo que jamás podrá hacer por sí misma. Con la llegada de Eric a su vida aprenderá a valorar lo que tiene, la ayudará a comprender la importancia de la vida por encima de todo lo demás. 

Cita del libro:
Clara respondió acariciándole el cabello, ensortijándolo entre sus dedos. Casi sin percatarse, estaba aprendiendo a expresarse sin palabras, creando un código de comunicación basado en el silencioso vocabulario de sus dedos y de sus miradas. Había una calma como de aguas remansadas en el lenguaje sin voz de sus manos sobre el cabello y la piel de Éric. Hipnotizada por la fuerza y el magnetismo del mismo, volvió a dibujar suaves círculos alrededor de sus ojos. Cuando Éric alzó la mano y la posó sobre las suyas, cubriéndolas, deteniéndola, tuvo miedo de haber ido demasiado lejos. Pero no había recriminación en aquel ademán, sólo una respuesta reconociendo la caricia, un refugio acogiendo su mensaje. Lo supo al sentir el cálido apretón, al percibir que él desplazaba sus manos abajo hacia los labios y le rozaba las palmas con ellos. Fue apenas un susurro del tacto, pero a Clara le bastó para encender neones en su corazón.

Narrada en tercera persona desde el punto de vista de Clara, la novela me ha parecido muy bonita y está dotada de todos los sentidos. No solo viviremos a través de los ojos de Clara toda su historia, sino que aprenderemos a sentirla, a apreciar los olores y sabores y escuchar todos y cada uno de los sonidos. En ese sentido es una pasada. El trabajo de documentación en lo referente a las personas sordas y los perros señal es sumamente enriquecedor.

No obstante, si bien creo que se ha hecho un trabajo de documentación exquisito, también es verdad que precisamente el punto negativo de la novela radica en la gran cantidad de descripciones con las que cuenta y que, desde mi punto de vista, solo ralentizan la lectura. A ver, entiendo que haya descripciones y me gustan, pero me parece excesiva. No necesito saber todo lo que hacen los protagonistas ni todo lo que ven, cómo es el tiempo exacto, los ruidos que se perciben o la manera en la que el sol brilla a través de la ventana de la casa. Tampoco me interesa que me detallen con exactitud los lugares que visitan los protagonistas ni las veces que van al baño (por poner un ejemplo tonto). No sé, pero prefiero dejar algunas cosas a mi imaginación y centrarme en lo importante. Ojo, me parecen increíbles las descripciones de la novela, pero a mí me sobran muchas (esto es opinión personal, of course).

En cuanto a los personajes secundarios, quiero hacer mención especial a Linuc, el perro señal de Eric, al que le coges cariño desde su primera aparición. Y, en segundo lugar, Belén, la hija de Clara, un personaje entrañable y tan perspicaz como su madre.

Un refugio para Clara es una novela preciosa que cuenta una historia de esas que te llegan al corazón. Una historia de segundas oportunidades, de abrazar la vida y tomar lo que te ofrece incluso cuando el camino se te antoja demasiado oscuro y desolador. Una historia de amor contada con mucho mimo y delicadeza y que cuenta con uno de esos protagonistas a los que quieres abrazar y no soltar jamás.

8/10

Preciosa, desgarradora y delicada. Una historia de esas que llegan, con las que lloras y también sonríes.

¿Lo habéis leído? ¿Os llama la atención?

¡Un besote a todos!