¡Hola a todos! ¿Qué tal estáis? Hoy os traigo la reseña de un libro que leí muy despacito y que disfruté como una enana. Para quién no lo sepa todavía, esta fue la novela ganadora del Premio Gran Angular 2015.
Ficha Técnica:
Resumen de la editorial:
Rob ha sobrevivido a un tsunami y ahora vive en un tejado, caza tesoros en su barco hecho de corcho blanco y está perdidamente enamorado de Lana. En una de sus excursiones en busca de nuevos tesoros marinos, encuentra una piedra mágica que le permite transformarse en cualquier persona que desee. Este descubrimiento pone su vida bocarriba, pero también le ayuda a descubrir que en el mundo nada es lo que parece.
Vivo en un tejado, tengo un barco hecho en su mayor parte de corcho blanco, una piedra mágica y una novia que no me lo creo.
Aunque esto no siempre ha sido así.
Por eso lo cuento.
Opinión Personal (sin spoilers):
Con una premisa como la que tiene esta novela, ¿quién no querría perderse en sus páginas? Porque yo sí. Me lancé de cabeza a las aguas de El mar y, mágicamente, una burbuja enorme me atrapó logrando que no me ahogara. Pude ver el fondo de mar, los tesoros allí escondidos, el humo rosa que salía de aquella casa que debía estar encantada, los bancos de peces que me saludaban al verme pasar, la sirena de pelo rojo que desaparecía cuando me acercaba ella. Fue mágico, como este libro. Sí, me lancé de cabeza sin saber nada más allá de la sinopsis. Ni siquiera cerré los ojos. Así es como se debe leer El Mar, sin preguntarte más allá de lo que te quieren mostrar. Porque, ¿qué hay más allá? ¿Importa? En realidad no. Solo importa el aquí y el ahora, las cosas pequeñas, esas que nos cuesta valorar pero que nos hacen más felices.
Imaginaos a un niño de siete años, con las preocupaciones de un niño de siete años, a punto de hacer las cosas que haría cualquier niño de siete años, cuando de repente ve cómo el agua entra en su casa y se lo lleva todo. A sus padres, a su hermano pequeño, a su vida entera. Todo. El mar, que ha decidido tragarse a todos los pueblos de costa del mundo, cambia la vida de muchas personas como él. ¿Qué queda después de eso? Miedo, un miedo atroz a volver a tierra, a vivir de nuevo el horror de ver cómo las aguas se llevan todo lo que fuiste convirtiéndote en alguien que no conoces. Pero lejos del horror también hay cabida para la esperanza. Es la esperanza la que te enseña a crecer aunque no sea tu hora, la que te obliga a nadar a contracorriente, a aprender a vivir sin todo eso que una vez consideraste imprescindible.
Por eso, cuando me sumerjo y sigo la luz, mientras siento que el mar opone su frágil resistencia y mis pulmones se debaten por aguantar un segundo más, mientras mis brazos y mis piernas se esfuerzan por elevarme —porque estoy sobre lo que hubo antes—, me siento parte de algo más grande, mucho más grande que yo, que todos nosotros juntos.
El mar ha estado siempre en el mar.
Me siento una partícula en movimiento dentro de lo eterno.
Así es Rob, una de esas personas que prefirieron establecerse sobre los tejados que quedaron a la superficie en ese nuevo mundo donde hay miedo pero también libertad. Ha pasado once años sobreviviendo en ese lugar inhóspito donde te haces un nombre y aprendes a vivir a base de trueques, donde el dinero solo son papeles sin valor, donde la vida es aquello que alcanzas a ver con tus ojos. Las olas, caras conocidas, el olor a pescado, la sal que se adhiere a tu piel. Rob es cazador de tesoros y tiene casi todo lo que necesita para ser feliz. Casi. Todavía le quedan cosas por hacer, un futuro hacia el que nadar y una chica a la que conquistar. Y empezará su aventura gracias a su familia, esa que no está formada por los lazos de la sangre sino la que eliges y que te elige, y también gracias a una misteriosa piedra rosa que encuentra en una de sus excursiones bajo el mar.
Aplaudo a la autora por la voz de Rob, fuerte y al mismo tiempo sensible. Un chico sencillo que a pesar de haberlo pasado realmente mal, de haber sufrido la pérdida de toda su familia, de todo lo que conocía, sabe sacarle el lado positivo a la vida y disfrutar al máximo de lo poco que tiene. Cierto es que su aventura no ha hecho más que empezar, que se tendrá que enfrentar a cosas que lo superan, pero lo hará siempre con una voluntad de hierro y las ideas bien claras. Rob me ha parecido un personaje sencillamente adorable.
—No sé si soy romántico o no —confesé, demasiado atorado, con la cabeza funcionando a toda máquina, con todas mis neuronas de fiesta—. Me gusta pensar… Me gusta pensar caminos fáciles para la felicidad.
—¿Para la felicidad?
—A veces somos demasiado complicados, queremos cosas, queremos más… La felicidad es mucho más sencilla.
No voy a contar mucho más de la historia porque insisto en que hay que leerla sin conocer demasiado acerca de lo que te vas a encontrar. Me ha encantado todo lo que ha creado la autora, las maravillas que esconden las aguas y cómo está medido de una manera medianamente lógica dentro de la locura que impregnan sus páginas. Las excursiones bajo el mar, lo vívidas y coloridas que son las escenas, la magia que hay encerrada en cada objeto, ya sea libro, tornillo o una piedra rosa... La manera de vivir de los lugareños y lo bien entretejido que está todo, así como esa camaradería que te mantiene con una sonrisa pegada a los labios. Podría pasarme horas hablando de todo lo que esconde El mar y no terminaría.
Cierto es que es mejor no hacerse demasiadas preguntas porque hay cosas que son como son y ya está. Preguntas que no son necesarias, que valen tan poco como el dinero en la vida de estos personajes. Soy muy preguntona, qué le vamos a hacer, y mis preguntas sin respuesta son lo que me han hecho bajarle un poco la nota a la novela. Además, lo relacionado con la parte “mágica”, las explicaciones que se dan, tampoco ha terminado de convencerme del todo. Pero eso no le quita encanto a la historia, os lo aseguro.
Por último, la edición. ¿Habéis tenido el libro en vuestras manos? Os animo a que lo hagáis, así como también os animo a que luego lo dejéis de nuevo en la estantería. Es imposible, sin más. Las solapas se abren y es como si contuvieran todo el mar del que nos hablan a lo largo de la novela, los edificios sumergidos, los peces de colores, el humo rosa… Precioso. Os dejo el book-tráiler para que veáis las preciosas imágenes que aparecen en la cubierta desplegable.
El mar es una novela maravillosa, narrada con mimo, llena de mensajes esperanzadores y con una voz masculina que te roba el corazón. Un libro que te hace feliz por la historia que te cuentan, por cómo te lo cuentan y por esa piedra rosa que tiene también el poder de hacerte sonreír. Desde aquí, mis más sinceras felicitaciones a la autora por este premio más que merecido.
8/10 | Un libro escrito para hacerte feliz, de esos que rezuman magia tanto por dentro como por fuera. Nunca el mar te parecerá más fascinante. |
¿Lo habéis leído o tenéis ganas de hacerlo? ¿Os ha gustado tanto como a mí?
No me llama nada.. la verdad
ResponderEliminarun besopte
La verdad es que me has metido las ganas de leer este libro parece un buen libro y me llama su trama, intentare hacerme con el pronto Un beso.
ResponderEliminarhttp://paper-hearrts.blogspot.com.es/
en mi opinion me parece un libro aburrido
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