Reseña: Cada siete olas, de Daniel Glattauer

¡Hola a tod@s! ¿Qué tal estáis? Yo con dolor de cabeza después de 4 horas y media acompañando a Emmi y a Leo hasta su séptima ola. ¿Queréis saber qué me ha parecido? Seguid leyendo... :P

Para quién no haya leído Contra el viento del norte, tenéis la reseña pinchando AQUÍ

Ficha Técnica:

Título: Cada siete olas

Autor: Daniel Glattauer

Editorial: Alfaguara

Nº páginas: 280

Género: Epistolar

Precio: 17.50 €

ISBN: 9788420406398

Sinopsis

Nunca habíamos estado tan cerca y al mismo tiempo tan lejos. 

1) ¿Ya conoces a Emmi Rothner y a Leo Leike? Entonces es que has leído Contra el viento del norte, la inusual historia de amor en que dos personas que jamás se han visto se enamoran perdidamente por e-mail.

2) ¿Opinas que los enamorados se merecían verse personalmente, aunque fuera sólo una vez? Comienza a leer Cada siete olas.

3) ¿Te dispones a abrir este libro sin conocer Contra el viento del norte? Aquí tienes el equipaje necesario: Leo Leike vuelve de Boston tras poco menos de un año. En casa lo esperan noticias de Emmi Rothner. Ambos se dan cuenta de que sus sentimientos no han cambiado y piensan que quizá deberían verse una vez en persona. Pero Leo ha empezado una relación y Emmi sigue casada…

Daniel Glattauer vuelve a cautivar a los lectores y a la crítica internacional con su peculiar mirada sobre las relaciones amorosas en nuestro tiempo. Emmi y Leo nos enseñan que, después de que seis olas rompan en la orilla llega la séptima, y ésa trae siempre muchas sorpresas.

Opinión Personal

¿Qué os voy a decir? ¿Que ayer salió a la venta y yo fui como una loca a por él y me llevé el chasco de la vida al enterarme de que todavía no había llegado? ¿Qué hoy por fin parece ser que alguien se apiadó de mi angustiosa desesperación y ya lo tenían en el Corte Inglés? ¿Qué llegué a mi casa a las 8 de la noche y lo terminé a las 12:30? ¿Qué me pasé las 4 horas y media con una terrible ansiedad en el pecho y una sonrisa de tonta dibujada en la cara? ¿Qué adoro a los personajes y disfruto como una enana con cada uno de sus e-mails? ¿Qué pese a no ser tan bueno como esa primera parte, el libro es sumamente adictivo y fascinante como el anterior? ¿Qué estáis tardando en ir a buscarlo e hincarle el diente? Pues a todo SI. He quedado de nuevo maravillada con la historia, con Emmi y Leo, y con la habilidad del señor Glattauer para contraerme el corazón y mantenerlo encogido, ansioso y temeroso hasta la última palabra.

No os quiero contar mucho sobre la historia, pues todos los que se han leído el anterior saben cómo de abierto es el final, y cómo de desesperante es el último e-mail que llega a la bandeja de entrada de nuestra querida Emmi Rothner.

Cita del libro:

Tres Días después

Asunto: Duda

Buenas noches, señor administrador del sistema. ¿Qué es de su vida? Qué marzo más fresco, ¿no? Pero me parece que, después de un invierno tan templado, no nos podemos quejar. ¡Ah!, ya que está usted aquí, tengo una duda. Tenemos un conocido en común. Leo Leike, se llama. Por desgracia he perdido su actual dirección de correo electrónico. ¿Sería usted tan amable de…? Gracias.

Un afectuoso saludo virtual,

Emmi Rothner.

                          

Diez segundos después

Fw:

AVISO DE CAMBIO DE DIRECCIÓN. EL DESTINATARIO YA NO PUEDE ACCEDER A SU CORREO. LOS MENSAJES NUEVOS SE BORRARÁN AUTOMÁTICAMENTE DE LA BANDEJA DE ENTRADA. EN CASO DE DUDA CONSULTE CON EL ADMINISTRADOR DEL SISTEMA.

Treinta segundos después

Re:

¿Me permite una pequeña crítica? Es usted un poco monótono.

Le desea un buen turno de noche,

Emmi Rothner.

Diez segundos después

Fw:

AVISO DE CAMBIO DE DIRECCIÓN. EL DESTINATARIO YA NO PUEDE ACCEDER A SU CORREO. LOS MENSAJES NUEVOS SE BORRARÁN AUTOMÁTICAMENTE DE LA BANDEJA DE ENTRADA. EN CASO DE DUDA CONSULTE CON EL ADMINISTRADOR DEL SISTEMA.

Creo que el mensaje del “administrador del sistema” lo conocíamos tod@s los que nos hemos leído Contra el viento del norte. Por supuesto, nuestro querido Leo acaba por dar señales de vida nueve meses después, y volvemos a encontrarnos con dos personas que poseen un vínculo inquebrantable, que va más allá del tiempo y los obstáculos de la vida cotidiana de cada uno de ellos. Basta con leer sus conversaciones virtuales para percatarnos de que pese a sus claras diferencias, se complementan a la perfección. Emmi y Leo ó Leo y Emmí. ¿Qué más da? El orden de los factores no altera el producto, no mientras ambos existan y estén presentes en la vida del otro. Las desigualdades personales ya las irán cubriendo con ironía, sensualidad, vitalidad, dulzura y, ¡como no! También amor y comprensión.

Cita del libro:

Dos días después

Asunto: Dime solamente…

a) … si borras mis mensajes sin leerlos.

b) … si los lees y los borras.

c) … si los lees y los guardas.

d) … si no los recibes.

Cinco horas después

Fw:

c

A la mañana siguiente

Asunto: ¡Qué buena elección!

¡Era la mejor opción, Leo! ¡Y con qué detalle eres capaz de describirla, justificarla y desarrollarla! Esto…, ¿te ha dado un calambre con tendovaginitis en la muñeca de tanto escribir o piensas añadir algo más?

Cordiales saludos,

Emmi

En Cada siete olas nos presentan de nuevo una historia compuesta única y exclusivamente por e-mails. Así como volvemos a encontrarnos una pareja fascinante, diálogos divertidos, llenos de ironía y astucia, y también cargados de sentimientos contradictorios que nos conducirán a un viaje hacia un mar desconocido, donde los personajes esperan con incertidumbre llegar la séptima ola, esa que decidirá su felicidad, su futuro. ¿Serán capaces de agarrarla o dejarán pasar de nuevo la oportunidad de ser felices? ¿Se conocerán al fin personalmente? ¿Y qué sentiran? ¿Decepción, atracción, bochorno, ...?

Cita del libro:

Siete minutos después

Re:

Me alegro, pero por desgracia sería una impresión opuesta a la mía. Verte: está bien. Verte <<una vez más>>, verte por última vez: ¡mierda! Llevamos un año y medio viéndonos <<quizá por última vez>>, Leo. Llevamos un año y medio despidiéndonos. Parece como si nos hubiésemos conocido con el exclusivo propósito de despedirnos. No quiero más, Leo. Estoy harta, cansada, agotada de tantas despedidas. Haz el favor de irte sin más. Mándame al administrador del sistema, al menos con él se puede contar, contesta de manera consecuente al cabo de diez segundos y me saluda con aire distante. Pero deja ya de despedirte de mí todo el tiempo. Y encima no des la bochornosa impresión de que eres incapaz de imaginar nada más bonito que verme <<por última vez>>.

Pero hay un problema, y es que nuestra querida Emmi continúa “¿felizmente casada?”, y nuestro encantador Leo ha comenzado una relación con una chica de Boston, que conoció durante los meses de ausencia tras su última correspondencia con Emmi.

Cita del libro:

Quince minutos después

Fw:

¿La verdad sobre nosotros? Que tú tienes una familia que es muy importante para ti, un marido que te ama y un matrimonio que aún puede salvarse. Y yo tengo una relación a partir de la cual puede construirse algo. Cada uno tiene... su futuro. Pero nosotros dos, juntos, no lo tenemos. Ésa es, vista con realismo, la verdad sobre nosotros, querida Emmi.

En cuanto a los personajes, ya los conocemos. Por un lado tenemos a Emmi, una mujer inteligente, temperamental, apasionada, decidida, incierta y con un humor muy pero que muy mordaz. Y por otra parte tenemos a Leo, un personaje que simplemente te roba el corazón desde la primera página; es un hombre dulce, honesto, detallista, cariñoso, cautivador y muy pero que muy paciente (¡creedme que lo es!).  El tira y afloja entre ambos se mantiene durante todo el libro, al igual que pasaba en el anterior, haciendo que nos mordamos las uñas de desesperación por saber qué va a pasar con esta relación tan complicada a la vez que divertida y fascinante.

Cita del libro:

Dos días después

Asunto: Te escribo ahora

[…] Espera un momento, me serviré otra copa. Vino tinto, Bordeaux, la segunda botella, sabe a Emmi, como siempre. ¿Recuerdas? ¿Sabes, Emmi? Tú eres la única. Eres la única, la única, la única, la… Es difícil de explicar. Ya estoy un poco borracho. Tú eres la única que está cerca de mí aunque no esté conmigo, pues yo también estoy con ella cuando ella no está conmigo. [...]

¿Y lo malo? Admito que Contra el viento del norte me pareció mejor que este segundo libro, sobre todo porque en el anterior contábamos con el factor “novedad”, conocimos a los personajes y nos quedó claro de qué pié cojeaba cada uno de ellos. No cansaba la actitud desesperante de Emmi, ni tampoco el tira y afloja de la pareja (¡OJO! a mí no me cansó nada de este libro, pero puedo entender que haya gente a la que le canse).  Fue  a mi parecer, un libro perfecto de principio a fin (bueno miento, el final de Contra el viento del norte fue demasiado chocante y abierto para mi gusto!). No digo con esto que Cada siete olas no sea igual de fascinante, pues personalmente me lo sigue pareciendo y creo que conforma el final perfecto para la historia. No obstante, es cierto que me llegó a irritar bastante la actitud de Emmi, y que estuve a punto de estrangularla por ser tan exasperante.

Pero aunque no contamos con el factor novedad, y que hubieron partes que me sacaron de mis casillas, disfruté de la historia como una enana, y por eso, a pesar de que su predecesor es mejor, me niego a bajarle la nota (es algo personal, me gustó demasiado como para ponerle menos nota!).  

Conclusión: El desenlace perfecto para la relación epistolar entre Emmi y Leo, esa parejita que tantos quebraderos de cabeza nos ha dado, que tantas horas de sueño nos ha robado, y por la que tanto hemos suspirado. Un libro cargado de conversaciones emotivas, sarcásticas, atrayentes e inteligentes. Y una pareja que llega al corazón y que recordaremos en el tiempo con especial cariño.

Os dejo una última cita:

Seis días después

Asunto: Calma chicha

Querida Emmi:

Sólo quiero saber si estás bien. No tienes por qué escribirme si no te apetece. Escríbeme solamente que no te apetece escribirme, si es que no te apetece. Y si por casualidad te apetece, ¡escríbeme! Me alegrará, ¡y mucho! Por aquí no hay olas, ni las seis primeras, ni menos aún la séptima. El mar está en calma. Su superficie resplandece, el sol deslumbra. No espero nada. Todo está ahí, todo sigue su curso. No hay cambios a la vista. Calma chicha. Por lo menos unas palabras tuyas, Emmi. ¡Por favor!

Leo

Nota final: 10

¡Un besote a tod@s y gracias por leerme!