¡Hola a todos! ¿Qué tal estáis? Yo he vuelto a desaparecer, pero esta vez he tenido un gran motivo para hacerlo. Me han operado y he estado en cama casi una semana, así que hasta ahora no he podido sentarme delante del ordenador. Precisamente, hoy os traigo una reseña bastante corta del último libro que leí durante estos días y con el que me he llevado un chasco tremendo a pesar de las ganas que le tenía.
Ficha Técnica:
Sinopsis de la editorial:
Madeline Whittier es alérgica al mundo exterior. Tan alérgica, de hecho, que no ha salido de su casa en 17 años. Aun así, su vida transcurre feliz y tranquila hasta que el chico de ojos azules como el Atlántico se muda a la casa de al lado. El flechazo surge por mensajería instantánea y va creciendo y complicándose a través de un sinfín de conversaciones, anhelos, viñetas, sensaciones, ilustraciones, sueños...
Y es que resulta difícil volver a la rutina de siempre con todos los ruidos que llegan de fuera. De repente, Maddy es consciente del cotilleo de los pájaros y de los rayos de sol que se cuelan por sus contraventanas. Y cuanto más trata de separarse del mundo exterior, más empeñado parece en entrar...
¿Qué tendrá Olly que lo hace tan impredecible? ¿Y tan... especial? ¿Qué tendrá Olly para hacer que la realidad de Madeline se tambalee?
Y es que resulta difícil volver a la rutina de siempre con todos los ruidos que llegan de fuera. De repente, Maddy es consciente del cotilleo de los pájaros y de los rayos de sol que se cuelan por sus contraventanas. Y cuanto más trata de separarse del mundo exterior, más empeñado parece en entrar...
¿Qué tendrá Olly que lo hace tan impredecible? ¿Y tan... especial? ¿Qué tendrá Olly para hacer que la realidad de Madeline se tambalee?
Opinión Personal (sin spoilers):

Antes de él, Maddy creía que era feliz. En cambio, ahora que
sabe lo que es vivir ha entendido que lo suyo no era más que una felicidad
fingida, que el mundo es eso que trata de evitar con las gruesas cortinas de su
habitación. No puedes anhelar algo que ni siquiera conoces pero una vez lo
haces, ¿cómo vivir sin que los cristales que te mantienen con vida te engullan?
Un libro que, además, está repleto de curiosidades y que cuenta una edición
preciosa. ¿Lleva o no lleva mi nombre? Sí, lo lleva. Y no, desde luego no era
un libro para mí.
Tal vez sea que últimamente pocos son los libros juveniles
que consiguen llenarme (Jandy Nelson, por el amor de Dios, ¡ESCRIBE! XD), pero
no he sentido absolutamente nada al leer Todo todo. Lo que busco cuando me adentro en un libro es sentir algo, que me llene de preguntas, que sepa meterme en la piel de los personajes y hacer que viva la historia con ellos. En cambio, Todo todo me ha parecido un libro
vacío, sin nada más que unos personajes con algo de potencial
y numerosas curiosidades que me han encantado pero que no dejan de ser eso,
curiosidades. Los personajes, a pesar de su potencial, acaban por ser planos. Maddy
es una chica con un punto friki que me encanta pero a la que no terminas de
comprender ni llegas a meterte en su piel ni a sufrir con ella a pesar de que
tiene motivos más que suficientes para que su vida sea una tragedia. Y en
cuanto a Olly, te lo presentan como un chico carismático que no se está quieto, que cuenta con sus propios problemas familiares, pero cuya personalidad tampoco llegas a conocer en absoluto. Por otro lado tenemos el tema
de la enfermedad de Maddy, que se toca de manera muy superficial desde mi punto
de vista, algo que no acabo de entender dado que se supone que es el eje
central de la historia. Se le da mucha más importancia al amor. Que
sí, que todos sabemos que soy la primera que disfruta con una relación amorosa,
pero si vas a tratar una enfermedad como esta lo menos que puedes hacer es intentar
equilibrarlo. El amor a primera vista (porque no se puede llamar de otra
manera) se desarrolla principalmente vía mensajes, y en realidad son muy pocos para
justificarlo. La relación amorosa avanza demasiado deprisa y todo lo que esta
desencadena resulta poco creíble a mi parecer.
En general, todo en la historia me ha parecido hecho a las
prisas. TODO TODO. La autora no le saca partido a la enfermedad ni a todo lo
que prometía un libro como este. A medida que avanza la historia, la
protagonista llega a tomar una decisión tan cogida con pinzas que todavía estoy
intentando asimilarlo. No puedo contarlo porque entraría en spoilers,
pero vaya, que estamos hablando de una adolescente que nunca ha salido al
exterior, no me parece nada creíble lo que hace, cómo lo hace y los recursos
que emplea para hacerlo. Un tema que debería ser delicado, con una enorme carga
dramática, lo tratan de una manera frívola y centrándose principalmente en el
tema amoroso, con el que no he llegado a sentir absolutamente nada. Y mira que
la protagonista se encarga de explicar lo que son las mariposas en el estómago…
xD
En fin, quizá con 200 páginas más se podría haber
desarrollado mucho mejor la historia; no podemos obviar que se trata de un
libro cortísimo. Pero no sé, no creo que la corta extensión tenga mucho que ver
(ahí están los libros de Begoña Oro, que son una delicia y tienen menos páginas
que este). Es una pena, porque la premisa es realmente buena y ya os digo que
los personajes tienen algo.
¿Cosas que me han gustado? (que sí, ¡que las hay!). La narración, las curiosidades, la preciosa
edición llena de dibujos, listas, diagnósticos, la alusión a libros, las
minireseñas que va dejando Maddy… Sin duda, esto es lo que hace que el libro no
se lleve un suspenso. Esto y el final, que tiene un giro bastante interesante,
aunque desgraciadamente la autora tampoco llega a explotarlo bien y lo termina
de una manera un tanto desconcertante. Gracias a todas estas cositas el libro
se lee rapidísimo, ya que los capítulos son cortos e invitan a que lo termines
en un par de horas.
Hace tiempo leí en alguna parte que, cada siete años más o menos, la mayoría de nuestras células se renuevan totalmente. Y lo que es aún más asombroso: cada dos semanas, las capas superiores de nuestra epidermis cambian por completo. Si todas las células de nuestro cuerpo se comportan así, seríamos inmortales. Pero hay células —como las neuronas, por ejemplo— que no se renuevan. Envejecen, y nosotros con ellas.
En dos semanas, mi piel no guardará la memoria del contacto de Olly. Mi cerebro, sin embargo, sí que se acordará. Podemos tener o bien la inmortalidad, o bien la memoria del contacto. Pero no las dos cosas.
Igualmente, he leído reseñas que lo ponen por las nubes así
que, como siempre, lo mejor es que si os llama la atención os animéis a
descubrirlo por vosotros mismos.
Todo todo es una novela con una premisa interesantísima,
repleta de datos curiosos y una edición llena de detalles. Ideal si quieres
desconectar de otra lectura más sustancial. Una lástima que esté tratada de una
manera tan superficial.
¿Lo habéis leído? ¿Os ha gustado un poco más que a mí?
¡Un besote a todos!
¡Un besote a todos!