Reseña: Quantic Love, de Sonia Fernández-Vidal

¡Hola a tod@s! ¿Qué tal estáis? Yo recuperándome tras dos semanas estudiando para uno de mis últimos exámenes de la carrera. Así que hoy por fin me puedo sentar a contaros lo que me ha parecido este libro que me llegó por sorpresa de la mano de la Galera dedicado por la autora (¡muchas gracias!). No voy a engañaros, el libro no me ha gustado, y mis motivos los podréis leer a lo largo de la reseña. 

Ficha Técnica:

Título: Quantic Love

Autora: Sonia Fernández-Vidal

Editorial: La Galera 

Encuadernación: Rústica con solapas

Nº páginas: 240

Precio:17,95€

ISBN: 9788424641702

Sinopsis de la Editorial:

En el CERN, el centro de investigación más avanzado del mundo, entre experimentos de viajes en el tiempo y de teletransportación, entre partículas que superan la velocidad de la luz y otras que revelan el origen del Universo, la joven Laila se enfrenta al mayor misterio que existe: cómo decidir entre dos amores. Por un lado, Alessio, un atractivo periodista; y, por otro, Brian, un cerebral científico que oculta un gran secreto.

Opinión Personal (sin spoilers):

No sé si recordáis la entrada que hicimos ambas divagadoras hace ya un tiempecito donde realizamos una lista con los tópicos más frecuentes de la literatura (enlace AQUÍ). Algunos de ellos siguen apareciendo constantemente en muchos de los libros que nos leemos y aun así nos siguen conquistando y lo seguirán haciendo como hasta ahora. No obstante, hay tópicos que sinceramente ya no hay por donde cogerlos y no hacen más que restarle puntos a una historia que podría haber dado mucho más de sí. Y en mi humilde opinión, Quantic Love es un libro repleto de esos tópicos.

El peso de la historia está dividido entre romance y ciencia, y los irán combinando para que juntos formen un equipo sólido y compacto. No hay mayor ciencia que el amor. Al menos ese es el mensaje con el que me quedé tras leer el libro, y sin duda es el punto fuerte de la historia. La sabiduría nos hace felices en un mundo tan complejo como el nuestro, pero no nos da la felicidad. La felicidad se va construyendo con montañas de ladrillos rellenos de amor, y los protagonistas de esta historia nos lo demostrarán mezclando ciencia y sentimientos. ¿Cuál es la ecuación del amor? Habrá que adentrarse en las páginas de Quantic Love para descubrirlo.

La protagonista indiscutible de esta historia es Laila, una joven que acepta un trabajo de camarera en el CERN (Centro Europeo de Investigaciones Nucleares), que no sólo le abrirá las puertas hacia un mundo fascinante a la par que complejo, sino que cambiará su vida para siempre. Desde el mismo momento que Laila toma el avión rumbo a su destino su intuición le dice que nunca volverá a ser la misma. Si al principio os decía que la historia está repleta de tópicos, los más importantes tienen que ver con la protagonista. No he simpatizado con ella en ningún momento, todo lo contrario, perdí la cuenta de las veces que su actitud me hizo poner los ojos en blanco. Pero dejad que os cuente porqué me irritó tanto su actitud.

Lo que al principio parece una aventura maravillosa y repleta de ilusiones se convierte en uno de los primeros quebraderos de cabeza de nuestra querida protagonista, que al estar rodeada de cerebritos se siente muy inferior siendo tan sólo una pobre camarera que no se entera de nada. Y digo yo, que con ese complejo de inferioridad más le hubiese valido quedarse en casita, a fin de cuentas sabía de sobra que iba a un lugar plagado de cerebritos. Sus quebraderos de cabeza aumentan cuando conoce a su compañera de habitación, Angie, una chica que además de ser una de las más inteligentes de su promoción es físicamente perfecta (de la cual todo tío con dos ojos se quedaría prendado). Ya os podéis hacer a la idea de lo que piensa Laila cuando la ve, ella que se siente como una tabla de planchar, sin curvas ni nada de encanto. Dejando a un lado la primera mala impresión que nos llevamos de la protagonista, todavía albergaba mis esperanzas con que su actitud mejorara a lo largo de las páginas y abriera los ojos ante el nuevo mundo repleto de posibilidades que se desplegaba ante sus ojos. Pero no fue así a mi parecer, pues su actitud va en decrecimiento constante.

No obstante, la parte más polémica y peor llevada de la historia es sin duda el triángulo amoroso Alessio-Laila-Brian, que no tiene ni pies ni cabeza, pues Laila tiene claro desde el principio su inclinación hacia Brian y no hará más que recordárnoslo durante toda la novela. Así que me voy a centrar un poco en el triángulo amoroso:

Por un lado, os presento a Alessio, el morenazo que está cañón y que llega a la cafetería para rescatar a nuestra damisela en apuros de ser despedida el mismo día que entra a trabajar por no saber ni preparar un café (había mentido en su CV, pues nunca antes había trabajado de camarera). Es periodista, guapo, divertido y encantador. A primera vista parece un ligón empedernido que cambia de chica como si de ropa se tratara, pero luego actúa como un corderito que se enamora a primera vista de la camarera más necia de la historia (y más normalita también, aunque eso no impide que dos tipos arrebatadores se enamoren de ella). Ya tenemos al primer chico, ese que te derrite con una sola mirada o con unas cuantas palabras bonitas...

Cita del libro (Alessio):
-Si te soy sincero –se acercó peligrosamente por encima de la mesa-, a mí los planetas casados, los rayos cósmicos y las enanas blancas me la traen floja. Regalaría el Universo entero por un beso tuyo.
Tuve que contener un ataque de risa al oír aquella cursilada. Para evitarlo, representé el papel de modosita a la defensiva.
-Un beso, pero… ¿y luego qué?
-Algún escritor clásico afirmó que <<con el beso empieza eso>>. Una historia de amor es como un Big Bang, debe tener un inicio. Después habrá que ver el universo que esas dos personas son capaces de crear. 

Ahora vamos con el segundo chico. Se llama Brian y resulta que Laila lo conoce un día que decide asistir a una visita guiada del CERN, y él es el guía y conferenciante encargado de la misma. Aquí tenemos al cerebrito de la historia, cuyos proyectos son altamente confidenciales y no hace más que hablar de ciencia, ciencia y ciencia. Es normal, dado que el chico se dedica en cuerpo y alma a sus investigaciones, pero lo que no me parece normal es que Laila se quede prendada de él instantáneamente cuando no sabe absolutamente nada de su persona, sólo de la cantidad de información que procesa su cerebro. Brian es otro bombón, claro que este lo oculta tras unas gafas horrorosas y ropa típica de un empollón, ya me entendéis (vamos, que no es Alessio), es tímido reservado y muy amable con todo el mundo. El chico no da muestras de nada, se comporta de una manera muy cordial con ella y entablan conversación, pero nada más allá de Einstein y otros muchos científicos (porque el chico no sabe hablar de otra cosa, es todo lo opuesto a Alessio en este sentido). Y la pobre Lalia debe tener una imaginación desbordante porque enseguida se hace unas ilusiones tremendas y se monta sus castillos en el aire.

Cita del libro (Brian):
-Es perfecto para explicar cómo Einstein llegó a deducir su teoría de la relatividad.
-La verdad es que yo nunca he entendido esta teoría –reconocí.
Para mi sorpresa, de repente Brian se levantó de la silla y se sentó por fin a mi lado.
-Una vez, en una entrevista le comentaron lo mismo que has dicho, y puso este ejemplo: <<Si estás al lado de una chica bonita durante dos horas, creerás que ha pasado un solo minuto. Pero si te sientas encima de una plancha candente unos segundos, creerás que han pasado dos horas. Esto es la relatividad>>.El vino empezaba a hacer su efecto y me sentí lo suficientemente juguetona para poner en jaque a mi acompañante.
-Y para ti… ¿cuánto tiempo ha pasado? ¿Dos horas o un minuto?

A partir de aquí es cuando empiezan los verdaderos quebraderos de cabeza para una chica que tiene las ideas clarísimas (nótese la ironía). Al lado de ella nuestra queridísima Bella Swan es un ángel bondadoso por tener claro que al menos se quiere quedar con el lindo vampiro aunque al lado del lobo se está más calentito. Laila se obsesionará hasta decir basta con Brian, aunque él no le da motivos para ello. Pero ella no desiste, porque se ha enamorado de él, y hará lo que sea para demostrárselo y para que él se desprenda de esa coraza que siempre lleva puesta. Pero él indirectamente no hace más que dejarle claro que no tiene ningún tipo de intención amorosa para con ella.

Entonces, una Laila deprimida no tiene otra opción más que echarse en brazos de Alessio, porque claro, es un chico irresistible y hay que aprovechar que tiene la oportunidad de usarlo como paño de lágrimas para olvidar a Brian y no sentirse tan sola y desgraciada. Y el pobre Alessio, que lo que tiene de guapo lo tiene bobalicón cada vez que ella alza la mirada hacia él mueve la colita como fiel perro faldero. Ni siquiera Angie, la guapísima compañera de habitación de Laila le hace pestañear. Laila utilizará a Alessio como si de una bonita fregona se tratara. Lo cogerá en momentos donde está deprimida, lo acariciará para barrer cualquier sentimiento por Brian, pero en cuanto Brian la mire o le diga algo que ella crea esperanzador para esa posible relación que se ha montado en su cabeza, la pobre fregona terminará ahogada en el cubo hasta su próxima excursión. La chica actuará egoístamente en todo momento, siempre queriendo tener la atención de los dos, y siempre enamora de Brian sin ser correspondida. Utilizará a Alessio a su antojo y lo tratará del trancazo cuando él se limita siempre a tratarla como una reina.

En cuanto a todo lo referente a la ciencia, hay partes que me han gustado y otras que directamente me han parecido un rollo tremendo. Sí, admito que hay datos curiosos, anécdotas interesantes sobre científicos y demás. Pero personalmente considero que no es un libro con el que se aprenda especialmente y con el que se te quede parte de la información (o tal vez es que yo reseteo muy aceleradamente). Durante la lectura me vi trasladada a las clases de física que tuve cuando cursaba mi primera carrera. Mi profesor de física era un hombre tan inteligente que daba las clases como si todos fuéramos superdotados o adictos a la física, y lo peor es que creía fervientemente que debíamos seguirle el hilo en todo momento. No digo que el libro tenga la misma complejidad, pero incluso a mí que siempre he sido de ciencias, hubieron párrafos que necesité leerlos tres veces y ni con esas lograba quedarme con lo que me decían de lo aburrido que me resultaba, mi mente desconectaba de la historia automáticamente (ojo, no digo que no se entiendan, me refiero a que a veces cuesta seguir las explicaciones sin aburrirte). Considero que añadir datos científicos es una idea interesante para introducir en una novela juvenil, que le da un aire fresco y original y que muchos jóvenes se interesarán y aprenderán, pero en este caso opino que varias de las explicaciones están contadas de tal forma que me han resultado bastante aburridas de leer. 

Os dejo la anécdota con la que más me he reído:

Cita del libro:
Tras escuchar los argumentos de Lysenko, que defenría que los rasgos adquiridos son hereditarios, Landau le preguntó:
<<Entonces, usted afirma que si le cortamos una oreja a una vaca, hacemos lo mismo a su cría, y así con las demás generaciones, llegará el momento en el que comenzarán a nacer vacas sin una oreja, ¿verdad?>>.
<<Si, así es>>, le contestó Lysenko.
<<Entonces, ¿cómo es que siguen naciendo mujeres vírgenes?>>, preguntó Landau. 

En resumidas cuentas, lo que menos me ha gustado y ha hecho que le reste tantos puntos a la historia ha sido el triángulo amoroso y la caracterización de los personajes. Además, he echado en falta que se profundizara más en Brian y Alessio, pues nos los presentan de manera muy superficial y no llegué a albergar ningún sentimiento por ninguno de los dos.

Del resto de personajes no hablo porque los más importantes ya los he nombrado en la reseña: Laila como protagonista absoluta; Brian y Alessio, los chicos de la historia; y Angie, la compañera de habitación de Laila, que terminará haciendo muy buenas migas con ella a pesar de empezar con tan mal pié.

Y hasta aquí mi opinión sobre el libro. Quizás es que estoy cansada de las típicas protagonistas y los típicos triángulos amorosos que no llevan a ninguna parte y me ha venido muy mal conocer a Laila, pero esta es mi opinión y no puedo evitar compartirla con todos vosotros. Confieso que cogí el libro con muchas ganas, y que me da muchísimo reparo expresar mi opinión (tan negativa) cuando sé que la autora nos ha enviado el libro con todo su cariño. Por ello, os animo a leer otras reseñas del libro, pues en general está teniendo muy buena crítica y estoy segura de que habrá mucha gente que acabe adorando la historia, aunque desgraciadamente ese no ha sido mi caso. No es un mal libro, pero no es un libro para mí.

Por último, quiero destacar la bonita edición del libro, repleta de fórmulas y detalles científicos. Los comienzos de los capítulos imitan las páginas de la libreta que el padre de Laila le regala antes de marcharse para que fuese anotando en ella curiosidades de sus días en el CERN.

Lo mejor: Algunos datos científicos y anécdotas muy curiosas y divertidas, pese a lo aburridas que me resultaron algunas explicaciones. El libro es ameno de leer y ciertas partes te logran sacar alguna sonrisa. Estoy segura de que si la protagonista hubiese sido distinta y el triángulo amoroso se hubiese desarrollado de otra manera, el libro me habría gustado muchísimo más.

Lo peor: Ya lo he contado a lo largo de la reseña: la protagonista y el triángulo amoroso.

¡Un besote a tod@s!