¡Hola a todos! ¿Qué tal estáis? Aquí hace un calor de infarto y me estoy derritiendo en estos momentos. Así que intentaré ser breve con la reseña que os traigo hoy que, además, es uno de esos libros ideales para el veranito.
Ficha Técnica:
Resumen de la editorial:
¿Te has preguntado alguna vez qué quedará de ti cuando ya no estés? Clara sí. Justo cuando está al borde de la piscina. Y tiene dos opciones: tirarse de cabeza cuando todo su cuerpo grita para que lo haga, o quedarse quieta tapándose las orejas con las manos.
Cita del libro:
La pena nos vuelve animales y, como dice mi abuelo, «el buey solo bien se lame».
Y yo era un animal que gemía y temblaba y lloraba.
Y lloré, y lloré, y lloré, y cuando ya no podía gemir más, cuando ya estaba tan agotada que no podía soportar ni una sacudida más, cuando ya las lágrimas me resbalaban suavemente por la cara, rodando sin prisa, como canicas sobre un plano apenas inclinado, volví a tumbarme.
¿Y sabes qué vi entonces?
Las nubes desplazándose perfectamente alineadas con el horizonte.
No hay dolor que cambie el rumbo del universo. Y no sé si eso es tranquilizador o escalofriante.
Opinión Personal (sin spoilers):
Me declaré fan incondicional de Begoña Oro tras leer Pomelo y Limón, uno de los mejores libros que leí durante el 2011. Y en cuanto descubrí que publicaba nuevo libro me puse a dar brincos como una loca y me fui rauda y veloz a comprarlo cuando supe que había llegado a las librerías. Oro me ha vuelto a conquistar con Croquetas y wasaps. Su estilo es único, fresco, hermoso, rotundo y consistente. La autora nos cuenta tanto en tan poco y de una manera tan cercana y deliciosa, que es imposible no marcar un sinfín de frases de la novela, paladear las letras cargadas de significados. Si es cierto que Pomelo y Limón me gustó un poquitín más, pero esta no se queda muy atrás.
Croquetas y wasaps es una novela que se siente y se saborea, como cuando coges una croqueta y le das un buen mordisco. Sientes su textura, el contraste de lo crujiente y la suavidad de la masa. Cierras los ojos y degustas la explosión de sabores, despacio, sin prisas, captando toda su esencia antes tragar y dar otro bocado. Eso es lo que se siente al leer este libro, la importancia de las pequeñas cosas, de los detalles, las consecuencias de nuestros actos, de lo que tenemos, de lo que nos falta, de lo que se ha ido y lo que nos queda.
Narrado en primera persona desde el punto de vista de Clara, la joven nos regalará una pequeña parte de su adolescencia. Su día a día en el instituto, lo obsesionada que está con Lucas, un chico de sonrisa desarmante, y las tonterías que hace por él, las trifulcas entre su madre y su abuelo, la extraña relación que mantiene con su amigo Unai... Nos mostrará la mejor receta para hacer croquetas, esa que nunca debemos olvidar, la única que importa, la que debemos compartir con aquellos que queremos. La receta de la felicidad. También nos enseñará la importancia de tirarse a la piscina, de cabeza aunque nos de miedo, atravesar las barreras y sumergirse, abrir los ojos bajo el agua y sentir el picor del cloro, avanzar hacia lo desconocido hasta quedarte sin aliento. Es una historia sencilla pero de esas que se te meten dentro, que te despiertan mil sensaciones, con las que ríes, te emocionas, te enfadas, lloras y suspiras.
Cita del libro:
Y entonces Pinilla me soltó su mariteoría sobre los guapos y me sacó de mi error. Porque yo creía –te lo había dicho ya- que el relámpago va después del trueno, que primero venía el sonido, el ruido del motor, la moto de Lucas, y luego la visión, los ojos de Lucas bajo el casco, su muñeca con mi pulsera empuñando el manillar. Pero no. Me equivoqué. Me equivoco a menudo. El trueno va siempre después del relámpago. El sonido viaja más lento que la luz. Primero ves la luz y luego escuchas el sonido. Primero vi a Lucas y me deslumbré. Para cuando le escuché hablar y decir una tontería detrás de otra, yo ya estaba deslumbrada. Es lo que tienen los guapos. Juegan con la ventaja del deslumbramiento. Esa es la mariteoría de Pinilla: no todos los guapos son tontos, qué va, pero no importa tanto que seas tonto si eres guapo. Igual hasta logras que no se den cuenta.
De la historia no puedo contar demasiado. Solo diré que Clara es una adolescente, con los problemas e inseguridades de cualquier adolescente, tanto a nivel personal, amoroso y familiar. Su vida está cambiando, y ella nos hará partícipes de todas las etapas que llevan consigo descubrir y aceptar ese cambio. A pesar de no contar nada extraordinario, me ha parecido una historia tan cercana y tan encantadora que es imposible no meterse en la piel de Clara, sufrir, sonreír y ser feliz con ella. Porque algo tiene de cierto esta novela, y es que los problemas de cada uno, independientemente del nivel de gravedad de los mismos, siempre son lo más grandes, los que son capaces de doblarte en dos y minar tu voluntad. ¿Quién tiene derecho a restarle importancia? Sí, hay muchísimas personas con problemas peores que los tuyos, eso seguro, pero los tuyos son tuyos, esos a los que solo tú debes enfrentarte, y siempre es más ardua la lucha cuando se trata de los problemas de uno mismo. Es una historia de amor y desamor, sobre la familia, la pérdida de un ser querido y el inmenso hueco que se queda tras su partida. Una historia cargada de reflexiones, que habla sobre los miedos, las equivocaciones, las caídas en una pendiente demasiado inclinada y, por supuesto, lo dificultoso que resulta volver a levantarse y seguir hacia delante.
El abanico de personajes secundarios es otro de los puntos fuertes de la novela. El mejor, sin duda, ha sido el abuelo de Clara, un hombre especial y sencillamente adorable que nos regalará momentos de lo más entrañables, con los que reiremos a carcajadas y derramaremos algunas lagrimillas. Nos reencontraremos con Pinilla y Zaera, los protagonistas de Pomelo y limón, ya que María es la mejor amiga de Clara y los tres viven en la misma urbanización. Y por último, menciono a Unai, un chico que ha sabido ganarse mi corazoncito. Por una vez, contamos con un chico que no es físicamente atractivo, un chico normal que expresa el dolor por la pérdida de su padre de una manera curiosa. Unai no solo viste de negro de pies a cabeza, sino que se dedica a inventarse teorías rocambolescas sobre cómo murió su padre.
Cita del libro:
Unai soltó una risa, y yo también me reí, y él siguió riendo, y yo pensé que mi gracia no era para tanto, pero me dio la risa de verle reír así, y creo que a él le dio risa verme reír y… Era tan agradable reír con Unai… Me di cuenta entonces de que una vez más me había equivocado: el deseo de ser gracioso no siempre es una brújula estropeada. A veces te puede perder, sí. A mí me pierde la gracia a menudo. Pero todas esas pérdidas, todos esos callejones sin salida de la gracia compensan por aquellas veces en que consigues hacer reír a alguien. Solo se me ocurren dos o tres cosas mejores que lograr sacar la risa de un cuerpo que no es el tuyo. Una de ellas es reír con esa persona.
El estilo de Oro es inconfundible, pero lo mejor es que sabe cómo meterse en la piel de una joven de la edad de Clara a la perfección. Clara, con sus defectos y virtudes, con sus actos egoístas y sus meteduras de pata. Le coges cariño al personaje desde la primera página, aunque a veces se merezca un buen tortazo. Pero, ¿quién no ha pasado por ahí? A mí me ha parecido real como la vida misma. El uso del wasap no ha sido tan excesivo como me esperaba, y me ha encantado cómo lo ha llevado la autora. Sin duda, hace que la historia sea incluso más cercana todavía.
La edición del libro es otro de los aspectos a señalar. Contaremos de nuevo con ilustraciones de Ricardo Cavolo, que personalmente me encantan, así como detalles muy cucos, como los iconos del wasap o los marcos que encuadran poemas y que separan las distintas partes de la novela. Y el precio, para la exquisita edición que tiene, es más que tentador.
La edición del libro es otro de los aspectos a señalar. Contaremos de nuevo con ilustraciones de Ricardo Cavolo, que personalmente me encantan, así como detalles muy cucos, como los iconos del wasap o los marcos que encuadran poemas y que separan las distintas partes de la novela. Y el precio, para la exquisita edición que tiene, es más que tentador.
Cita del libro:
«Hay que saber decir adiós», dijo mi abuelo. Qué gran verdad. Si algo había aprendido desde que estrené aquel gloss que pretendía ser una trampa para moscas, es que hay que saber decir adiós, pero no solo a los muertos. Por encima de todo, hay que saber decir adiós a los vivos que no nos hacen felices y a los que no podemos hacer felices. Lo demás es hacer el imbécil. Lo demás son telarañas.
Croquetas y wasaps es una croqueta deliciosa, donde lo importante se esconde en esa receta secreta aderezada con una pizca de cariño. Una historia que cuenta con un estilo exquisito que hay que paladear, captando todos y cada uno de sus sabores, admirando su textura y descubriendo las mil sensaciones que se quedan sin filtrar, muy adentro, y que convierte una lectura más en algo único e inolvidable.
9/10 | Una historia cercana, deliciosa y única. Hay que probar a Oro para saber a qué sabe de verdad una croqueta. |
Os dejo el book-trailer (¡me encanta! *__*)
¿Lo habéis leído? ¿Os ha gustado tanto como a mí?
Estoy terminándolo justo ahora!!! Y me está gustando muchísimo. No leí Pomelo y limón, pero será una compra próxima seguro. :D
ResponderEliminarLee Pomelo y Limón wapi!! Es genial!! *___*
EliminarMe leí los primeros capítulos y, sinceramente, Clara me pareció idiota xD Aunque me quedé con la curiosidad de ver cómo continuaba, es curioso. Si lo veo por la biblioteca seguramente me dé por echarle un ojo.
ResponderEliminarBesitos!
Como la autora decía en una entrevista: el libro es una vacuna contra la imbecilidad. Sí que es imbécil Clara al principio, ella misma lo reconoce, pero no tarda mucho en darse cuenta de sus errores. Dale una oportunidad y verás :)
EliminarBesotes!!
Holaaaa!! AMO ESTE LIBRO. Lo compre en Junio, ya que llevaba tiempo en mi wishlist y al ver que costaba 10€ no me lo pense. Los diez euros mejor gastados de mi vida jajajaja. El libro es una lectura veraniega, dulce, fresca, rapida, real y INCREIBLE. Tiene unas frases para enmarcar. Y si, yo tambien soy fan incondicional del abuelo, es un "crack" jajaja
ResponderEliminargracias por vuestra reseña, es muy buena y teneis toda la razon. Mirad la que yo hice: realidadolibros.blogspot.com.es
Espero que sigais con reseñas de otros libros y me pongais los dientes largos jajajaja
Un besete:)
Este es una autora que quiero leer hace mucho :/ lastima que por aca parece que no llegara :/
ResponderEliminarHolaaa!
ResponderEliminarNo había oído hablar antes de Begoña Oro, pero leyendo tu reseña me están entrado unas ganas locas de conocer sus novelas! Gracias por la reseña!
Besitooos!
http://confidenciasaldescubierto.blogspot.com.es
Iba yo leyendo la reseña tan feliz, y decidida a añadirlo a la lista de futuros, hasta que he llegado a "Contaremos de nuevo con ilustraciones de Ricardo Cavolo,..." y he soltado un "Noooo! PFFFFFFF". ¿No hay más ilustradores en este país o qué? D= Macho, mira que me parece horrible su estilo... (lo siento, ya sé que a ti te gusta XD). En fin, la historia pinta muy bien y como por lo que comentas, sólo son ilustraciones y no como en Pomelo y limón, que eran la forma de expresarse del chico, supongo que podré hacer de tripas, corazón. Me alegro de que lo hayas comentado, así va voy prevenida XD
ResponderEliminarAun no lo leí pero parece bastante bueno, tengo muchas ganas de leerlo porque lo recomiendan mucho :D
ResponderEliminarTe invito a mi blog!
Besos! <3
Me apetece mucho leerlo! El titulo es muy gracioso.
ResponderEliminarBesos ♥
Me gustó muchísimo el libro. Estoy deseando leerme Pomelo y Limón, será de mis próximas adquisiciones. Gran reseña :3
ResponderEliminarUn beso ♥