Reseña: Los diarios secretos de Miranda, de Julia Quinn

¡Hola a tod@s! ¿Qué tal estáis? Hoy os traigo la reseña de uno de los libros que sorteamos por el día del libro en el blog. Me lo leí en una tarde y he de decir que la historia es preciosa, con sus más y sus menos, pero muy bonica. Así que con un poquitín de retraso, vamos con la reseña...

Ficha Técnica:

Título: Los diarios secretos de Miranda

Serie: 1º- Los Bevelstoke

Autora: Julia Quinn

Editorial: Ediciones Urano / Titania

Nº páginas: 352

Edición: Rúsrica con solapas

Precio: 15€

ISBN: 978-84-92916-03-0

Resumen Personal (sin spoiler):

Diez años era la edad que tenía Miranda  Cheveer cuando conoció al que sería el único y gran amor de su vida, el vizconde Turner (Nigel Bevelstoke), un joven nueve años mayor que ella y hermano de su mejor amiga, que le infunde ánimos tras haber sido humillada por una niña debido a su falta de belleza y posición social. Turner le recomienda a Miranda que escriba un diario, como un vano consejo que se da sin la mínima esperanza de que el otro lo siga, sino más bien como un modo más de hacer sentir bien a una niña demasiado inteligente para su temprana edad, con unos enormes ojos cargados de curiosidad, juicio y observación, capaces de confundirlo e inquietarlo.

Nueve años después, Miranda se ha convertido en toda una mujer que anota en su diario todas y cada una de sus vivencias y fantasías por ese gran amor que todavía es capaz de nublar sus sentidos. Sin embargo, Turner ya no es el mismo joven lleno de vida que conoció en antaño, sino un hombre amargado que acaba de enterrar a su esposa y, lejos de lo que pueda parecer, no lamenta en absoluto su pérdida, sino todo lo contrario. Su difunta esposa había destrozado su personalidad, su carácter y su corazón, convirtiéndolo en un hombre frío, desconfiado y vacío cuyo último pensamiento es volver a casarse, y mucho menos con una mujer como Miranda.

Cita del libro:

—Está bien, ¿quieres saber, de verdad, por qué creo que deberías escribir un diario?

Ella asintió.

—Porque algún día crecerás y tu belleza igualará la inteligencia que ya posees. Y entonces podrás leer el diario y ver lo estúpidas que son las niñas como Fiona Bennet. Y te reirás cuando recuerdes que tu madre decía que las piernas te nacían de los hombros. Y quizá me reserves una pequeña sonrisa cuando recuerdes la agradable conversación que hemos tenido hoy.

Opinión Personal (sin spoiler):

Empecé este libro quizás con las expectativas demasiado altas. Lo único que había leído de la autora anteriormente había sido un relato corto en el tercer libro de la saga Jugadores de Lisa Kleypas (reseña AQUÍ), y he de confesar que quedé encantada y enamorada con la pluma de Julia Quinn en ese relato. Y aunque este libro ha logrado cumplir perfectamente con su función, he de confesar que he echado en falta algo, pues la historia me ha resultado un tanto predecible y sin esa chispa y encanto que si encontré en el relato corto. Pero vamos a dejar las divagaciones para después…

El libro está narrado en tercera persona desde el punto de vista de ambos protagonistas, aunque en gran mayoría de Miranda. Conocer los sentimientos e inquietudes de los dos personajes nos ayuda mucho a comprender su modo de actuar y las decisiones que van tomando a lo largo de la novela. Considero que es un punto realmente positivo que la autora nos abra también el alma de Turner, pues gracias a eso conseguimos no odiarlo tanto por la manera en que se comporta con Miranda en ciertas partes de la novela.

La historia se centra exclusivamente en la relación amorosa. Debido a que la anterior esposa de Turner se encargó de romperle el corazón y asegurarse de que jamás pudiera recomponerlo, Turner no es un hombre que tenga esperanzas de volver a enamorarse. Además de eso, aunque admira a Miranda por su inteligencia, temperamento y honradez, al verla crecer al lado de sus hermanos siempre la ha considerado una hermana más, alguien de la familia a quien debe respetar y en ningún momento intentar seducir. Por ello, no nos encontramos con un amor intenso desde la primera página, sino más bien una relación pausada que pasa por diferentes momentos dignos de ser leídos, pese a que algunos de esos momentos lleguen a desesperar.

En cuanto a los personajes, dejando a un lado a los protagonistas, contaremos con un repertorio de secundarios bastante variado (aunque los más importantes son la familia de Turner), pero desgraciadamente dispondrán de muy poco protagonismo. Destacando a un secundario por encima de los demás, tenemos a Olivia (una chica que logra sacarte más de una sonrisa por su carácter atolondrado y un tanto egoísta), la mejor amiga de Miranda y hermana de Turner, que será la protagonista del segundo libro de la saga.

Miranda es una joven que ha soñado siempre con tener a Turner para ella, y aunque el principio no es más que un sentimiento parecido a la admiración, a un amor platónico alimentado por la fascinación de una niña, con el paso del tiempo, cuando Miranda ya es toda una adulta y va conociendo al verdadero Turner con sus defectos y virtudes, comienza a amarlo de verdad, y su amor por él es tan puro como inalterable. Es una chica que a pesar de no ser una gran belleza de la época posee otras cualidades que harán despertar algo más que la curiosidad de Turner: es muy inteligente, temperamental, dulce, íntegra y sumamente observadora. Si algo tiene claro Miranda es que lo quiere todo de Turner y jamás se conformaría con menos.

Cita del libro (Miranda):
Ella asintió, porque necesitaba un momento para recuperar la voz. Se dio cuenta de que Turner le provocaba cosas. Cosas extrañas y estremecedoras que la dejaban sin aliento. Sólo tenía que mirarla, y no con su mirada habitual, sino mirarla fijamente, que sus ojos se posaran en ella con aquella profundidad azul, y ella se sentía desnuda y con el alma descubierta. Y lo peor de todo era que él no tenía ni idea. Allí estaba ella, con todas sus emociones expuestas. Y Turner seguramente no veía más allá de sus aburridos ojos marrones. 

Turner es un hombre con el corazón destrozado a causa de su difunta esposa, cuyo carácter,  engaños e infidelidades consiguieron destruir al joven alegre, ingenuo y despreocupado que fue antaño, convirtiéndolo en un hombre vacío, desconfiado e implacable. Tras la muerte de la mujer que rompió su corazón, Turner tiene claro que no volverá a casarse y que nunca podrá ser capaz de volver a amar, ni siquiera a una joven tan franca, dulce, ingeniosa y arrebatadoramente incitante como Miranda.

Cita del libro (punto de vista de Turner):

Eran sus ojos. Siempre habían sido sus ojos. Él había sido demasiado estúpido para no darse cuenta.

Y, mientras estuvieron de pie el uno frente el otro lo que pareció una eternidad, se notó cambiado. Notó cómo su cuerpo se encogía y su respiración se detenía, y se le tensaron los dedos y… Miranda abrió los ojos todavía más.

Y la deseó. Como nunca hubiera imaginado, como algo que no era adecuado y bueno. La deseó.

Nunca había estado tan enfadado consigo mismo.

No la quería. No podía quererla. Estaba seguro de que no podía querer a nadie, no después de la destrucción que Leticia había dejado en su corazón. Era simple y pura lujuria, y una lujuria dirigida hacia la mujer posiblemente menos adecuada de Inglaterra.

Si tuviera que definir la relación de la parejita, me atrevería a decir que es como un baile, un baile muy lento y romántico, donde dos completos desconocidos se toman de la mano con el máximo recelo y van asimilando poco a poco el primer contacto, adaptándose y confiando en el otro lo suficiente como para unir sus cuerpos y dejarse atrapar no sólo por la música de fondo, sino también por los sentimientos que paulatinamente van emergiendo de dos corazones solitarios listos para entregarse al amor de sus vidas. No obstante, el ritmo del baile se ve alterado constantemente por Turner, por su trágico pasado, sus miedos, inseguridades y reticencias, y aunque Miranda se empeñe en seguir un ritmo constante y seguro, se verá obligada a bailar al son de Turner durante toda la novela.  

¿Y lo malo? El libro es precioso y lo devoré en un día, así que ya os podéis imaginar cuanto llegó a engancharme, pero hay ciertas cositas que no me terminaron de convencer de la relación entre Miranda y Turner. O más bien, los obstáculos que el propio Turner iba poniendo en el camino de ambos desde el comienzo. 

Al principio todo iba genial, y aunque me costara un poco conectar con el protagonista, llegué a comprenderlo y a maravillarme con lo pausada (es decir, nada de amor a primera vista, al menos por parte de él) y romántica que me resultaba la historia de amor. Sin embargo, a medida que avanzaba me sentía como en un tiovivo, dando vueltas en círculo constantemente cuando ya se sabía exactamente hacia donde iría encaminada la historia y cuál sería su resolución. Ese “ni contigo ni sin ti”, “te quiero y no te quiero”, “ahora quiero estar contigo, ahora me mantengo alejado”, “ahora siento esto, luego siento otra cosa”, “sé lo que siento pero no puedo decirlo”, etc., todo causado en su gran mayoría por Turner, pues Miranda conoce sus sentimientos y es firme a ellos desde la primera página. Ese tira y afloja tan predecible y un tanto cansino me llegaron a estropear parte de la esencia de la novela.  Y repito, me parece que la historia es preciosa y adictiva, y que las reticencias de Turner están perfectamente claras, pero a mi parecer, le falta algo al modo de plasmarlo, algo que impide que llegue a aceptarlo y a sentirme satisfecha con cada una sus acciones. Él me pareció un hombre demasiado inseguro que no para de dudar de la relación que tiene con Miranda, y ella tan aferrada a lo que siente por Turner que le deja pasar demasiadas cosas. 

Quizás le faltara más protagonismo a los secundarios, que llegan a pasar bastante desapercibidos, o quizás simplemente me ha afectado el hecho de haber leído varios libros de este género hace muy poco (de Lisa Kleypas, una autora que me fascina), y necesito desconectar y habituarme más al estilo de Quinn y a su manera de plasmar las relaciones y los enredos amorosos. En general, me ha gustado sí, pero también me ha faltado un “algo”.

Conclusión: Un libro que nos cuenta la preciosa historia de un amor que nació de la admiración, el agradecimiento y la fascinación de una niña por un joven tan cercano a ella cómo alejado estaban sus esperanzas de que algún día él se fijara en ella. Una historia preciosa que habla de un amor sincero, apasionado y único. Tiene sus más y sus menos, pero la adicción y los suspiros están asegurados desde la primera página.

Nota: 

¡Un besote a tod@s!

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