Reseña: El cielo está en cualquier lugar, de Jandy Nelson

¡Hola a tod@s! ¿Qué tal estáis? Yo en el momento que escribo esta reseña me siento de lo más eufórica, pues me he pasado un día casi al completo sumergida en sus páginas, y al cerrar la última puedo decir, alto y claro: ¡Qué maravilla de libro!

Hacía tiempo que no quedaba tan prendada de un drama juvenil. Este libro tiene lo que eché en falta en Si decido quedarme, un final redondo.

Y como siempre me pasa en los casos en los que el libro me ha gustado demasiado, no sé como abordar esta reseña, así que voy a divagar y que salga lo que Dios quiera…

Ficha Técnica:
Título: El cielo está en cualquier lugar
Autora: Jandy Nelson
Editorial: EverstNº páginas: 352
Precio: 14,96€
ISBN: 978-84-441-4525-9

Lennie Walker, de diecisiete años, lectora empedernida y fanática de la música, es segundo clarinete de la banda de su instituto. Vive feliz y sin contratiempos a la sombra de Bailey, su impetuosa hermana mayor. Pero cuando Bailey muere repentinamente, Lennie se convierte en protagonista de su propia vida...Y , aunque nunca había salido con ningún chico, de pronto se encuentra intentando compatibilizar a dos.

Toby era el novio de Baile; Lennie se identifica con el dolor que siente, Joe es el chico nuevo del pueblo, acaba de llegar de París y su sonrisa casi mágica sólo puede compararse con su talento musical. Para Lennie son el sol y la luna: uno la saca de su pesar mientras el otro le ofrece consuelo. Aunque, al igual que los propios cuerpos celestes, si llegan a chocar estallará el mundo entero.

Hoy voy a comenzar este libro con una cita, más concretamente uno de los poemas de Lennie, porque creo que os va a resumir muy bien la esencia del libro, del trágico dolor que lleva Lennie a sus espaldas.

Cita del libro: 

Había una vez dos hermanas

que compartían la misma habitación,

la misma ropa,

los mismos pensamientos en el mismo instante. 

Aquellas dos hermanas no tenían madre

pero se tenían la una a la otra. 

La hermana mayor caminaba delante de la menor

para que la menor siempre supiera adónde ir. 

La mayor llevaba a la menor al río

donde flotaban boca arriba

como hombres muertos. 

La mayor solía decir: 

Mete la cabeza unos centímetros,

luego abre los ojos y levanta la vista al sol. 

La menor: 

se me va a meter agua en la nariz. 

La mayor:

venga, hazlo

así que la menor lo hizo 

y todo su mundo se llenó de luz. 

(Encontrado en una hoja de un cuaderno, enganchada a una verja en lo alto de la colina).

Admito que al principio me costó seguirle un poco el juego a la autora, pues el libro está escrito con un humor ácido, realista y mordaz, que ayuda a que la historia no caiga en un completo drama lacrimógeno, sino que seas capaz de abrir los ojos de par en par, sonreír, emocionarte, enamorarte, entristecerte y sí, también soltar alguna lagrimilla. Es un libro maravilloso, y el por qué os lo explicaré ahora mismo. ¿Empezamos?

Lennie y Bailey eran hermanas inseparables, dos partes de un mismo corazón que habían sido abandonadas por su madre cuando eran muy pequeñas. Las chicas crecieron al lado de su abuela (a la que llaman Abu), y su tío Big, dos personajes de lo más interesantes por su extraña personalidad, que tendrán bastante importancia en la trama. Las hermanas estaban muy unidas y entre ellas no había secretos, o eso era lo que Lennie creía. Hasta que Bailey muere y el mundo se derrumba bajo sus pies, pues no sólo se da cuenta de que ya no volverá a ver su adorable sonrisa, ni dormir a su lado, sentir su calor, su olor, su arrebatadora presencia, contarle cosas de lo más superfluas, etc., sino que además se entera de que Bailey le ocultaba cosas importantes de su vida, aumentando su agonía el saber que jamás podrá echárselo en cara.

No sólo tenemos a una Lennie destrozada por la pérdida, tenemos también a una familia rota que intenta en vano recomponer el monstruoso puzzle en el que se han convertido sus vidas, y a un chico desecho que no sabe cómo seguir adelante sin el amor de su vida (Toby, el novio de Bailey).

Cita del libro:

A las 4:48 p.m. de un viernes de abril, mi hermana estaba ensayando el papel de Julieta y al cabo de menos de un minuto estaba muerta.

Me sorprendió ver que el tiempo no se detenía al detenerse su corazón.

La gente iba al colegio, al trabajo, a los restaurantes; mojaba pan en sus sopas de almejas, se agobiaba con los exámenes, cantaba en su coche con las ventanillas subidas.

Durante días y días la lluvia golpeó con sus puños el tejado de nuestra casa… prueba del terrible error que Dios había cometido.

Cada mañana, al despertar escuchaba el golpeteo incesante, contemplaba aquella desolación por la ventana y sentía alivio al ver que por lo menos el sol tenía la decencia de no acercarse a nosotros.

(Encontrado en un pedazo de papel para partituras, clavado en una rama baja, cañada de Flying Man´s)

Aunque los secundarios tienen bastante protagonismo, la historia gira sobre todo en torno a Lennie, al sufrimiento de la chica tras la muerte de su hermana, y al “triángulo amoroso”, en el que se verá irremediablemente involucrada. Lennie nunca había estado enamorada, ni siquiera había tenido novio ni se interesaba por los chicos. Siempre estuvo a la sombra de su perfecta hermana, y de la relación de ésta con su novio Toby. Lennie odiaba esta relación, pues irremediablemente sentía que él alejaba a su hermana de ella. Y como si la vida la golpeara en la cara desternillándose de la risa a su costa, en estos trágicos momentos donde parece que se ahoga en un mar de tristeza y soledad, Toby, el novio de su hermana, es el único capaz de comprender su destrozado corazón, sólo a él puede expresarle sus sentimientos para juntos volcarse en esa irrefrenable pasión que supone adentrarse en el dolor de la pérdida del ser más importante de sus vidas. Y mientras Lennie se culpa y avergüenza por esos encuentros con el novio de Bailey, aparece otro chico, con su encantadora y radiante sonrisa, para llevarse todo su dolor y conducirla al cielo, pese a que ello suponga olvidar por momentos la muerte de su hermana. Ese chico es Joe Fontaine, y os digo yo que es un chico rematadamente adorable.

Creo que ya con esto he contado más que suficiente. La historia puede parecer típica a más no poder y nada interesante. Pero os digo que no, la historia oculta más de lo que nos hace ver en un principio, y cuando nos introducimos en las vidas de los personajes, en sus virtudes y sus defectos, en sus sentimientos, sus miedos y anhelos, etc., nos damos cuenta que lo que esconden las páginas de este libro, es algo más que un simple triángulo amoroso.

Lennie es una chica que siempre ha estado a la sombra de Bailey, nos lo deja muy claro, como también queda claro que ella lo sabe y que ahora que no está su hermana, su sombra se ha vuelto nítida y tiene color. Ahora hay una Lennie diferente, destrozada, pero una Lennie que antes no existía, y lo peor es que ha tenido que suceder esta desgracia para que abriera los ojos y se enfrentara a la realidad, abrazara sus sueños y aceptara el dolor de la pérdida. Lennie debe aprender a dejar de ser una niña perdida y convertirse en una mujer luchadora. 

Cita del libro:

El cajón de abajo está lleno de cuadernos del colegio, años de trabajo, ya inútil. Saco uno, deslizo los dedos sobre la cubierta, me lo acerco al pecho, después lo meto en la caja de cartón. Todos sus conocimientos ya han desaparecido. Todo lo que aprendió jamás, lo que escuchó, lo que vio. Su manera especial de ver Hamlet o las margaritas o de pensar acerca del amor, todos sus complejos pensamientos privados, sus intrascendentes reflexiones secretas... Una vez oí esta expresión: Cada vez que alguien muere, se quema una biblioteca. Yo la estoy viendo arder hasta los cimientos.

En cuanto al triángulo amoroso, admito que al principio sentí lo mismo que sentía la propia Lennie. ¿Cómo podía liarse con el novio de su hermana muerta? Me parecía ilógico, y una y mil veces pensé que la falta de sexo en la chica había llegado a su momento fulminante. No quiero decir más para no entrar en spoiler, pero vamos, desde el principio se percibe en cartel grande y luminoso el triángulo amoroso, pero de verdad, que terminé entendiéndolo a la perfección, y aunque os resulte inverosímil, te llegas a meter en la piel de Lennie y a sufrir lo que ella está sufriendo. Desde luego, hace lo que hace por algo.

Cita del libro:

Todo está hecho un lío… el chico que me besa se comporta como un hermano y el chico que debería comportarse como un hermano no hace más que besarme. Lo que faltaba.

Lo que surge entre Lenni y Toby va más allá del consuelo, es como el único refugio que la ayuda a no olvidar el dolor, el amor que siente por Bailey. Se conocen perfectamente, saben lo que está sufriendo el otro, y se ayudan mutuamente a salir a flote y encontrar una luz en el fondo del túnel donde habitan las fuerzas por las ganas de vivir. Lo que viven es dulce, triste, intenso, desgarrador, apasionado y muy muy doloroso. 

Cita del libro (Lennie y Toby):

El tiempo se ralentiza. Algo cambia en la habitación, entre nosotros. Miro a sus ojos tristes y él mira a los míos y pienso <<Él la echa de menos tanto como yo>>. Y entonces es cuando me besa… Su boca, suave, caliente, tan viva, me hace gemir. Ojala pudiera decir que me aparto, pero no lo hago. Le devuelvo el beso y no quiero parar porque en ese momento siento como si Toby y yo juntos hubiéramos, de algún modo, de alguna manera, atravesado el tiempo y traído a Bailey de vuelta.

Y por otro lado, lo que surge entre Lennie y Joe es todo lo contrario, alejándola de un dolor que no quiere dejar de sentir. Es alegre, optimista, dulce, resplandeciente, y lleno de un amor que no habla de muerte, sino de un futuro lleno de sonrisas, de esperanzas, de sueños compartidos, de confianza y de felicidad. Un sentimiento que nace y crece con una melodía preciosa de fondo. La música que los acercó envuelve sus corazones. 

Cita del libro (Lennie y Joe):

Me giro entre sus brazos hasta que quedamos cara a cara, después le rodeo el cuello con los brazos mientras los suyos se apoyan en mi cintura, por detrás, y tiran hacia él. Dios, me da igual que esto esté mal, aunque esté rompiendo todas las reglas del mundo occidental, me da igual todo, porque nuestras bocas, que se habían separado por un momento, han vuelto a encontrarse y todo menos eso es superfluo y deja de importar.

En cuanto a la trama, no decae en ningún momento, todo lo contrario, el ritmo se hace cada vez más intenso y las últimas 150 páginas son sumamente adictivas. La forma de narrar de la autora es fluida y perspicaz, sabe cómo atraparte y convencerte de que formas parte de la historia. Por otro lado, me ha gustado también que la música y los poemas sean también protagonistas importanes en la novela.

Además, el libro tiene una edición muy bonita, y en algunos capítulos encontramos fotocopias de algunos de los papeles donde Lennie escribía poemas dirigidos a nadie y los dejaba tirados por los rincones (como en alguna de las citas que os he puesto).

¿Y lo malo? No creo que tenga nada que considere “malo”, pero si varios aspectos a tener en cuenta, no por mí, que lo he disfrutado de principio a fin, sino para alguno de vosotros, que como yo, no sepa lo que se va a encontrar al abrir la primera página.

Este libro es muy especial, y está narrado de una forma bastante peculiar, en primera persona, desde el punto de vista de Lennie. Como ya comenté más arriba, el libro está escrito con ironía y un humor ácido que ayuda a que una novela que puede llegar a ser demasiado triste, no caiga en un dramatismo absoluto, sino en pequeñas dosis y de una forma cruda que te hace replantearte las situaciones, pero no llorar en todas y cada una de sus páginas. Mentiría si os dijera que no se me saltaron las lágrimas en alguna ocasión, pero no llega a deprimirte en demasía, sino más bien emocionarte. Además, tengamos en cuenta que el amor es un protagonista importante, y por tanto, hay escenas preciosas que te roban el corazón y te hacen suspirar.  

La protagonista también es bastante especial. No es que sea una prota insufrible, pues no me lo pareció, pero tened en cuenta que acaba de perder a la persona más importante de su vida, y se encargará de recordártelo durante toda la novela, desde la primera hasta la última página. Además de todas sus desgracias, que no son pocas, y sus revoloteadas hormonas que le hacen pensar una y otra vez en el sexo (esto me ha gustado, porque no se cortan a la hora de expresar lo que sienten). Pero vamos, que no se hace pesada ni mucho menos, sólo que al principio cuesta un poco adaptarse al sarcasmo con el que baña su existencia.

El triángulo amoroso también puede llegar a resultar de lo más inquietante, pues ¿quién se enrolla con el novio de su hermana días después de su muerte, y encima pendonea también con otro? Pues Lennie, ella lo hace, pero tiene un porqué, y también tiene claro cuales son sus sentimientos, aunque al principio sean bastante desconcertantes.

Lo dicho, no es nada malo. A mí el libro me ha maravillado, pero puedo entender que haya gente que no simpatice con la protagonista o con determinadas situaciones.

Conclusión: una historia preciosa y a la vez dura, que nos habla de los sentimientos más humanos; del amor a la familia; la amistad; del primer amor; de promesas rotas que se desdibujan con el tiempo; de sueños y deseos; de esperanzas rotas y renovadas; de la pérdida de un ser querido, la agonía que supone tener que seguir adelante y la culpabilidad por desear la felicidad, un futuro en el que ya no estará esa persona; de miedos; de amor y dolor; etc. Una historia que habla de la felicidad y la tristeza, de los recuerdos compartidos que nunca se olvidan, y del amor y el dolor que perdura en el tiempo y que jamás se apaga. Por supuesto, recomendadísimo a todo aquel que adore los dramas. 

Os dejo una última cita:

Me tiro de espaldas sobre la cama, jadeando y sudando. ¿Cómo voy a sobrevivir a esta añoranza? ¿Cómo lo hacen otros? La gente muere constantemente. Todos los días. A todas horas. Hay familias por todo el mundo mirando camas donde ya no duerme nadie, zapatos que ya nadie se pone. Familias que ya no tienen que comprar un cereal en participar, un tipo de champú. Hay gente por todas partes haciendo cola en los cines, comprando cortinas, paseando perros, mientras que dentro, sus corazones se están haciendo jirones. Durante años. Durante años. Durante todas sus vidas. No creo que el tiempo cure. No quiero que lo haga. Si yo me curo, ¿no significa eso que he aceptado el mundo sin ella?

Nota Final: 

 ¿Se nota que me ha gustado? :P

¡Un besote a tod@s y gracias por leerme!