Reseña: El guardián de los sueños, de Sherrilyn Kenyon

¡Hola a todos! ¿Qué tal estáis? Hoy toca la reseña del último libro que he leído de mi saga paranormal preferida, mis adorados Cazadores Oscuros.  

Ficha Técnica:

Título: El guardián de los sueños
Título original: Dream Warrior
Saga: 17º Cazadores Oscuros
Autor: Sherrilyn Kenyon
Editorial: Debolsillo
Encuadernación: Bolsillo
Nº Páginas: 288
Precio: 9,95€
ISBN: 9788499897196

Orden de lectura de los libros:  

1º- Un amante de ensueño

2º- Placeres de la noche
3º- El abrazo de la noche
4º- Bailando con el diablo
5º- El beso de la noche
6º- El juego de la noche
7º- Disfruta de la noche
8º- Pecados de la noche
9º- Desnuda la noche
10º- La cara oscura de la luna
11º- El cazador de sueños
12º- El diablo puede llorar
13º- La luna de la medianoche
14º- Atrapando un sueño
15º- Aquerón
16º- El silencio de la noche
17º- El guardián de los sueños
18º- La noche de la luna negra

Resumen de la contraportada: 

El hijo de la guerra y el odio, Cratos, pasó la eternidad luchando para los dioses que le dieron la vida. Él era la muerte misma, y cualquiera que se interpusiera en su camino era aniquilado... hasta el día en que se opuso a Zeus y fue condenado al exilio. Pero ahora un antiguo enemigo ha sido liberado, y solo Cratos puede acabar con él.

Como cazadora de sueños, Delfine ha dedicado su vida a proteger a los humanos de los depredadores que acechan nuestro inconsciente. Pero ahora su misión es otra muy diferente: tiene que convencer a Cratos de que luche en las filas del Olimpo. Pero seis mil años de castigo son difíciles de olvidar y Cratos ya ha tomado una decisión: luchará contra Zeus y consumará al fin su venganza.

El tiempo se agota. Si Delfine no consigue atraer a Cratos hacia su causa, la humanidad será exterminada y el mundo tal como lo conocemos dejará de existir.

Opinión Personal (sin spoilers): 

Pensaba hacer un resumen de la historia con mis palabras, pero el proporcionado por la editorial me parece más que perfecto. Cratos, el hijo de la guerra y el odio, un dios sanguinario sin piedad por nada ni nadie, sicario de Zeus y temido por todos los dioses que lo rodeaban (incluido el propio Zeus), fue condenado seis mil años atrás por haberse negado a matar a un bebé, al que puso a salvo de las garras de Zeus dejándolo en manos de unos campesinos que le proporcionarían amor y un hogar acogedor. Fue un acto de bondad inexplicable, pues nunca se había cuestionado las órdenes de Zeus, un error imperdonable que le costó muy caro. No sólo fue exiliado del Olimpo hacia el plano humano, sino que fue despojado de sus poderes divinos y condenado a inimaginables torturas diarias. No poseía nada, ni seres queridos ni nada material. Se veía obligado a vivir el día a día soportando penurias, en la más completa soledad y amargura; siendo masacrado cada noche y resucitado cada mañana. Cruel, ¿verdad? Así suele ser Kenyon con sus personajes masculinos y este no iba a ser menos. La verdad es que agradezco que al menos no haya sido tan explícita y dejara las escenas más escabrosas para nuestra imaginación. 

Después de 6000 mil años de soportar humillaciones y torturas Cratos está muy cabreado y no quiere saber nada de los dioses Olímpicos, ni siquiera de su familia, pues todos le dieron la espalda el día que fue condenado por Zeus. Por eso mismo, cuando Noir y su hermana Azura (dos de los dioses primigenios y la personificación de la maldad), dispuestos a acabar con el mundo que conocemos, le ofrecen a Cratos la posibilidad de devolverle sus poderes divinos y de vengarse de los dioses del Olimpo con la condición de unirse a sus filas no se lo piensa mucho y accede: ya es hora de desahogar su ira con aquellos que tanto daño le han hecho.

Delfine, una Óneiroi, hija de un humano y de un dios onírico, tiene la misión de convencer a Cratos de que se una a su bando para así salvar el mundo, cosa bastante complicada teniendo en cuenta lo intratable que es Cratos y la poca capacidad de ella para sentir afinidad hacia otra persona. A fin de cuentas es una Óneiroi, lo que significa que sus sentimientos siempre han estado bloqueados por culpa de una antigua maldición. Para ello le recomiendan que seduzca a Cratos de tal manera que este llegue a hacer cualquier cosa por ella; y si fracasa en su intento y no consigue destrozar la coraza de amargura que lo rodea, que lo mate a traición y sin contemplaciones. Mejor muerto que tenerlo como enemigo. 

Cita del libro:
Jericó la miró como si fuera tonta.
-Si hubiéramos aparecido en el interior del restaurante, la gente se habría puesto a chillar de miedo. Y además tiene una cámara web, lo que dificulta todavía más la tarea de entrar de esa manera. ¡La gente moderna y sus artilugios! –exclamó con sorna-. Echo de menos la época en la que podíamos matar un pollo y comérnoslo sin más…
Delfine puso los ojos en blanco.
-No puedes evitar ser un gilipollas, ¿verdad?
-A lo mejor podría, pero no me compensa el esfuerzo. Ojalá nunca llegue a caerte bien. Porque ¿qué íbamos a hacer entonces?
-No tengo ni idea, pero estoy dispuesta a arriesgarme.
-Ni se te ocurra ver lo que hay en mi interior, Delfine –replicó con la mirada ensombrecida-. No es una imagen bonita.

Por supuesto, la cosa se complica bastante por el camino y ni Delfine ni Cratos terminan haciendo lo que se supone deberían hacer. Cratos se dará cuenta de que Noir no es un ser de fiar y que caminar junto a él puede suponerle mucho más sufrimiento del que ha vivido en los últimos 6000 años. Y a su vez Delfine entenderá que Cratos tiene verdaderas razones para odiar a los Olímpicos, que pese a la furia que desprende su ser es un hombre con un gran corazón, y estará dispuesta a todo con tal de evitar que vuelva a sufrir injustamente. 

Cratos o Jericó (nombre que usaba en el plano humano) es uno de esos personajes masculinos torturados que se derriten ante la primera muestra de dulzura y cariño. Es un hombre que no cree en la confianza, lleno de rabia y amargura, de sed de venganza, un hombre que nunca ha conocido más que eso, ni siquiera cuando era un Dios y vivía entre las pulcras paredes del Olimpo. Por eso, cuando conoce a Delfine, la ternura y la humanidad que la caracterizan, esta se convierte inmediatamente en su Talón de Aquiles. Por ella está dispuesto a todo, incluso a condenarse de nuevo a una vida de esclavitud y sufrimiento. 

En cuanto a Delfine, es una mujer muy inocente pero con una fuerza de voluntad envidiable. Siempre busca lo bueno de los demás, tratando de mejorar el mundo que la rodea. Al ser una Óneiroi, ha vivido entre la comodidad de los dioses, con la única y gran pega de que como el resto de sus hermanos, es incapaz de sentir a menos que sea dentro de los sueños. Pero por una serie de circunstancias, parte de sus emociones volverán a ella y tendrá que lidiar con esos nuevos sentimientos que Cratos le inspira. Y no sólo lo ayudará a comprender las cosas desde su inocente punto de vista, a volver a confiar, sino que también aprenderá a descifrar y aceptar la verdadera naturaleza de Cratos con sus pros y sus contras. 

La trama se encuentra perfectamente entretejida, cosa que Kenyon sabe hacer de escándalo, con sus dosis de mitología, una ambientación fantástica y en general un mundo inmenso y repleto de detalles fascinantes. En este libro se desvelarán grandes sorpresas totalmente inesperadas que explican hechos ocurridos en el pasado y que tienen su repercusión en el presente. 

No es un secreto que todos los libros de esta saga me gustan. Todos sin excepción. Aunque también es cierto que hay libros mejores que otros y que no todos tienen el mismo nivel que por ejemplo Placeres de la noche, El abrazo de la noche,  Bailando con el diablo, Disfruta de la noche o el mismísimo Aquerón, que es el mejor libro de la saga con diferencia. El guardián de los sueños es muy buen libro, pero para mí no ha estado a la altura de los títulos que he mencionado. 

El punto negativo del libro radica básicamente en la complejidad de la trama. Aparecen tantísimos personajes de libros anteriores (principales y secundarios) y se va entremezclando tanta información, que lo que es la relación amorosa entre Cratos y Delfine (que se supone uno de los puntos fuertes del libro) queda relegada a un segundo plano y ni siquiera llegas a emocionarte demasiado con ella. Sinceramente, contando con unos personajes tan logrados como lo son Cratos y Delfine me esperaba otra cosa, una historia de amor más absorbente, más emotiva,compleja….algo más. Pero bueno, lo compensa precisamente la aparición de esos personajes a los que tanto adoramos (Ash, Tory, Zarek, Astrid, Nick, Jared, Jaden, Leta, Aidan, y un largo etc.), y el principio de algo que va a ser grande. Me da la impresión de que este libro abre las puertas a un arco argumental donde se unirán nuestros antiguos protagonistas en una nueva lucha contra el mal. ¿Estarán Stryker y Céfira a su favor o en contra? 

En lo referente al repertorio de personajes, contamos con una amplia variedad de secundarios más o menos importantes en la trama, desde los dioses del Olimpo (destaco a Eros y la conversación tan surrealista que tiene con Zarek y Cratos. ¡Tronchante! XD), hasta los Cazadores Oscuros y dioses oníricos, pasando por el reino de los daimons. Hago mención especial a Jaden y Jared, dos personajes que aparecían en libros anteriores y que también forman parte de esos personajes masculinos atormentados que acostumbra a crear Kenyon. Me fascinan los dos, y estoy muy intrigada con la relación que mantienen. ¿Son amigos, hermanos, amantes…? Luego destaco también a Asmodeo, un demonio que está como un cencerro y con el que me lo pasé de escándalo. Por supuesto, nuestro querido Ash tiene su protagonismo y podremos babear un ratito con cada una de sus apariciones, así como con las de Zarek. ¡Dos de mis personajes favoritos de la saga! *suspiros*

Cita del libro (cita graciosa de Asmodeo):
Asmodeo se retorció las manos.
-Tenemos a ciertos demonios cuya motivación es la comida. Se vuelven muy agresivos cuando la huelen. Personalmente prefiero no comer porque acabaría muerto. Tú puede que no. Pero de todas formas tendrías que luchar con ellos, y como algunos son muy feos y huelen muy mal podrías perder el apetito. Claro que a lo mejor no. A Noir no le afecta. Creo que incluso le da más hambre, sobre todo cuando los destripa. Asqueroso, pero cierto. –Asmodeo miró a Delfine y sus ojos se abrieron todavía más, por el interés y por su belleza-. Ah, hola, preciosa, no nos han presentado. –Le regaló una sonrisa encantadora al tiempo que le daba un beso en la mano-. Asmodeo, demonio fuera de lo común, a tu servicio. Cualquier servicio que puedas necesitar, sobre todo si implica desnudez y el acomplamiento de mis partes corporales con las tuyas.
-¡Asmodeo! –rugió Jericó- Ella no existe, ni la mires, ¿me estás escuchando?
El demonio retrocedió de un salto como si lo hubieran electrocutado.
-Estoy completamente ciego, amo menor. Pero tengo el oído intacto. –Extendió los brazos, como si quisiera averiguar dónde estaban los muebles-. ¿Hay alguien más aquí además de nosotros dos? ¿No? Estupendo. A menos que el amo menor tenga otra tarea para mí, preferiblemente no dolorosa, me voy.

Por último (ya no divago más, que me estoy emocionando, xD), os aconsejo que desenterréis La luna de la medianoche, libro número 13 (historia de Leta y Aidan), porque tiene bastante importancia en esta historia :)

Lo peor: La cantidad de personajes secundarios de otros libros que salen en este y que apenas recordaba. Y la complejidad de la trama para la corta extensión de la novela, que le resta demasiada importancia a la relación amorosa entre la pareja protagonista.

Lo mejor: ¡Nuevo libro de los fantásticos Cazadores Oscuros! ¿De verdad hace falta decir más? Yo creo que no. Mi objetividad con esta saga se va a tomar viento fresco, XD. ¡Y en nada podremos disfrutar del siguiente!

8/10

Nuevo libro de los Cazadores Oscuros donde se abre un nuevo arco argumental que promete una aventura fascinante, repleta de peligros, personajes que brillan con luz propia y tan adictiva como la de sus predecesores.

¿Lo habéis leído? ¿Os gusta esta saga tanto como a mí?

¡Un besote a todos!